Ciclistas
Contador & Froome ponen el contador a cero
Omán y el Algarve están separados por varios miles de kilómetros pero estos días están unidos en la red por un deporte. En ambos enclaves han puesto en marcha sus respectivas campañas los que por consenso son los máximos favoritos al próximo Tour de Francia. En la península arábiga ya rueda Chris Froome, en la ibérica, Alberto Contador.
En ambos casos la hoja de ruta hacia Francia y el mes de julio es similar, y curiosamente marca coincidencias en el camino. En el caso del inglés, que rodó solo y tranquilo por las campiñas sudafricanas, la ruta arranca desde Omán, carrera en la que ganó el año pasado disputándole llegadas a Purito, Evans y el propio Contador, como si del Tour se tratase. Froome luego apuntará hacia su único lunar del año pasado, la Tirreno, en la que Nibali le descubrió las carencias y completará con el tridente hors categorie formado por Volta a Catalunya, Tour de Romandía y Dauphiné Libéré.
Froome omite las clásicas. El año pasado si no me equivoco estuvo en la Lieja, en lo que fueuan probatura más de que a este corredor, excepcional a mi criterio, las carreras sin concierto le desconciertan. Hace bien. El Team Sky tiene, sobre el papel, siempre sobre el papel, un buen equipo para estas carreras y su concurso lo único que puede acarrearle es un disgusto. Froome tiene un doble reto: renovar la corona en el Tour –estará sorprendido por la ausencia del único ciclista que le mantuvo a raya hace un año– y disipar dudas sobre su rendimiento. Para lo primero creo que es el máximo aspirante, por no decir que el único, para lo segundo ya puede aprender a recitar en chino mandarín que con ese collar circulará hasta el final de sus días.
Porque si alguien puede serle útil al inglés de origen africano en el sorteo de sospechas e insinuaciones, ése es Alberto Contador. Tras dos años raros, muy raros, Contador ya se ha colgado un dorsal. No sé si por fetichismo, lo hace en el Algarve, carrera que siempre le ha sido proclive tanto en el resultado como en buenos augurios. Tras el ajetreo de estar con los chavales de sus equipos de base, Contador sabe que el 2014 es el “Año” con mayúsculas, en todos los sentidos además.
En 2012 estuvo casi dos tercios de temporada sancionado y volvió a la Vuelta para ganarla más por ganas que por pegada. En 2013 una sola victoria, lejana, solitaria, en San Luis adorna un palmarés menor a su categoría. Los comentarios obviamente se han disparado. “Caminaba más antes. Antes de que le cascaran una sanción” he tenido que oír. En su mano está corroborar que eso no es cierto.
Para llegar al Tour, Contador tiene claras las primeras carreras del año, sobre todo teniendo en cuenta que la Vuelta y el Mundial de Ponferrada le esperan –no sé si existe un decreto por el que se le dé por seguro en una cita que no le va para nada-. El madrileño se lo juega a la Tirreno, Volta y País Vasco. No es un calendario desconocido para él. Como Froome omite las clásicas, y como el inglés prevé un par de carreras donde coincidirán. Desconozco si han estimado las consecuencias de cruzarse con Froome en dos carreras tan idóneas para Contador como Tirreno y Volta. Atención porque lo que se vea en ambas puede ser preludio del Tour. El año pasado ocurrió así. No veo motivo para que éste suceda lo contrario.
Foto tomada de www.mexico.cnn.com
Ciclistas
Tirreno-Adriático: Juan Ayuso en hora y forma
Juan Ayuso puede añadir la Tirreno-Adriático a un inicio de 2025 inmejorable
No ganó de forma aplastante, quizá acostumbrados a ver exhibiciones brutales vestidas de UAE, pero la temporada de Juan Ayuso, hasta esta Tirreno-Adriático, está siendo de 10.
Los rivales los conocíamos, estaban marcados, incluso un Filippo Ganna, y eran buenos, Tom Pidcock, hiperactivo, Jai Hindley y el propio Mikel Landa.
Ninguno se lo puso fácil.
Pero Juan Ayuso, marcado desde la salida, vivo y con todas las opciones de cara a esta etapa reina, cumplió el pronóstico.
La etapa había arrancado muy movida, con Mathieu van der Poel atacando desde el kilómetro 0, lo que prometía emoción.
Después de un ritmo frenético, finalmente se escaparon ocho corredores: Gianni Vermeersch, Benjamin Thomas, Samuele Battistella, Jasper Stuyven, Chris Hamilton, Magnus Cort Nielsen, Andrea Vendrame y Andrea Pietrobon.
El pelotón no dejó que la fuga se distanciara demasiado, con equipos como Bahrain y UAE interesados en la etapa, ya que era la única montaña del Tirreno-Adriático.
La diferencia comenzó a reducirse en la subida final, donde primero Bahrain y luego UAE, excelso Del Todo, como el año pasado en esta misma carera, pusieron presión a Filippo Ganna.
Vendrame, que ya había ganado una etapa en esta carrera, se lanzó en solitario con 5 kilómetros para la meta. En esa misma subida, Ganna fue descolgado del grupo por Isaac del Toro, quien, como decimos, impuso un ritmo muy duro.
Poco después, Ayuso atacó y, tras él, se unieron Pidcock y Hindley.
Mikel Landa logró conectar con ellos, pero Ayuso no dejó de atacar. En los últimos 3 kilómetros, el español lanzó varios ataques hasta dejar atrás a sus rivales.
Fue una gran demostración de madurez de Ayuso, quien, pese a la presión y las expectativas sobre sus hombros, controló la situación y ganó con autoridad.
Pidcock fue segundo y Hindley tercero, y no se lo pusieron fácil.
Imagen: FB TirrenoAdriatico
Ciclismo
La caída y abandono de Vingegaard son una muy mala noticia
Ciclistas
La seguridad le quita el sueño a Vingegaard
La caída de Itzulia ha disparado los temores de Vingegaard sobre la seguridad
Para Jonas Vingegaard el accidente de la pasada Itzulia puede ser un antes y un después, lo admitió en su día y ahora lo refleja cada vez que habla de seguridad en el ciclismo.
Ciclistas
Jasper Philipsen va para MVP
Hay pocos ciclistas más valiosos que Jasper Philipsen
Podríamos decir que Jasper Philipsen aún no está en la mesa de los grandes, pero sin duda es uno de los ciclistas que más se acerca a reclamar su lugar.
Hoy en día, Philipsen es uno de los corredores más valiosos del pelotón, no solo porque tiene el nivel para competir y no desentonar al lado de ciclistas como Mathieu van der Poel, sino también porque ha demostrado ser capaz de asumir el mando en momentos cruciales y decidir las carreras a su favor cuando la situación lo requiere.
En las últimas temporadas, el belga ha dejado huella, especialmente con sus victorias en el Tour de Francia y en la Milano-San Remo.
Además, sus dos segundos puestos en el París-Roubaix resaltan la consistencia y el nivel de sus actuaciones.
Es impresionante la cantidad de victorias que ha logrado, muchas de ellas de gran calidad.
Su capacidad para adaptarse y brillar en diferentes escenarios lo ha consolidado como uno de los referentes del pelotón.
Es cierto que a veces se le ha señalado por su actitud algo «mafiosa», como aquella vez en el Tour de Francia, cuando mostró una ambición y control casi abusivos dentro del pelotón. Sin embargo, no se puede negar que Philipsen ha evolucionado hasta convertirse en un ciclista indispensable en la actualidad, un verdadero diferenciador en la carretera.
Su presencia, por ejemplo, ha elevado el nivel de su equipo, Alpecin, y le ha dado a la formación una dimensión competitiva que rivaliza con los grandes equipos.
Mientras que a Van der Poel no se le conoce tanto por sacrificarse por un compañero, Philipsen ha demostrado ser un corredor por quien Mathieu pone el equipo por delante cuando es necesario.
Además de su talento, Philipsen destaca por el buen ambiente que transmite en el pelotón, manteniendo una buena relación con otras grandes estrellas, como Tadej Pogacar y Michael Matthews.
A pesar de sus momentos de tensión, su carácter competitivo y su espíritu de equipo han sido clave para consolidarlo como uno de los ciclistas más completos.
En cuanto a su evolución como sprinter, Philipsen ha dejado atrás las críticas que alguna vez recibió, como cuando nuestro querido Adrián García lo apodaba «Jasper Disaster».
Hoy es uno de los sprinters más letales, habiendo superado las 50 victorias, muchas de ellas de gran nivel, como las nueve etapas del Tour de Francia y varias etapas en la Vuelta a España. Además, su victoria en Kuurne-Bruxelles-Kuurne este año ha sido una clara señal de su potencial, demostrando a Visma que en Alpecin tienen un rival formidable.
No solo es un hombre de victorias en el sprint, sino también un corredor versátil.
La victoria en el Gran Premio de Escalda de hace dos años, donde brilló rodando de manera sublime sobre los adoquines, lo consolidó como un gran especialista en terrenos difíciles, donde se mostró eficiente y competitivo, conectando con otros velocistas belgas que también dominaban las piedras.
Hoy, la presencia de Philipsen es uno de los principales alicientes para poner en aprietos a Pogacar en la Milan-San Remo.
Como es bien sabido, si Van der Poel no logra romper la carrera, Philipsen será uno de los hombres clave.
Este 2025 ya ha comenzado a demostrar cómo puede hacerle daño al mejor ciclista del mundo, reafirmando que está preparado para luchar por los títulos más prestigiosos.
Imagen: A.S.O.
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