Opinión ciclista
Cicloturista de la Sea Otter, un paisaje para todos los gustos y niveles
La Cicloturista de la Sea Otter es la suma de varios recorridos son adaptados para todos los tipos de ciclista
Seas ciclista de una vez a la semana, o un “semi” pro, tienes tu sitio en la Cicloturista de la Sea Otter.
Hablamos recorridos de media montaña que, salvo el Coll de la Nafra, no presentan dificultades excesivas para un aficionado.
A su ritmo, cada ciclista podrá disfrutar de las más bonitas carreteras que propone la provincia de Girona.
La esencia de la media montaña
La Cicloturista de la Sea Otter ofrece recorridos de media montaña con un desnivel de cerca de 2000 metros para los de 160 y 125 kilómetros y 1000 metros para el de 100.
Así pues, no se requiere un nivel deportivo alto para poder disfrutar de los itinerarios.
Los puertos que encontramos son de entre 3 y 6 kilómetros, la mayoría.
Y los paisajes, sencillamente maravillosos con vistas sobre los Pirineos, el mar Mediterráneo, el Montseny o el pantano de Susqueda.
Las cinco opciones de la Cicloturista de la Sea Otter
Si hemos trazado cinco opciones es para que todo mundo pueda encontrar la modalidad que le convenga.
Si sólo puedes participar en la prueba del sábado o del domingo, no hay problema.
Si no te sientes capaz de hacer los 160km+ 125km, podrás escoger la opción de 160+100km.
Si empiezas en el ciclismo de carretera, el de 100km es perfecto para ti.
Si quieres desafiar tus límites, encadenar el 160+125km ¡es perfecto para esto!
Cada ciclista encontrará su felicidad.
La marcha del sábado
Tomaremos dirección hacia la Costa Brava para cumplir con 160 kilómetros y 1894 metros de desnivel positivo.
A partir del kilómetro 60, en la travesía de Llagostera empezamos con una sucesión de puertos como Romanyá, el Coll de la Ganga y Santa Pelleia.
No son ni muy largos ni muy duros, de tres a seis kilómetros, con pendientes medias entorno al 5%, aunque la acumulación de esfuerzos se notará antes de afrontar la última y más dura subida del día.
Se trata de la subida al Santuario dels Angels (11km al 4%) que será el tramo cronometrado del día.
Una bajada rápida y afrontaremos el último tramo de llano, largo de 20km os llevara hasta la línea de meta delante la zona expo del festival.
Es un trayecto que tiene todo lo que ofrece la Costa Brava, es decir bosques y campo típicos del lugar, pero sobre todo circular con la vista perdida en los Pirineos y el mar, al mismo tiempo en cada una de las cimas.
Els Ángels, el hito de la Cicloturista de la Sea Otter
El punto emblemático del recorrido es sin ninguna duda el puerto d’Els Angels, un puerto que ha sido visitado por la Volta a Catalunya numerosas veces y donde nos cruzamos con los ciclistas profesionales que viven en Girona entrenando por esta carretera.
Al pie de Girona, esta irregular subida trepa por entre un bosque hasta que llegamos a la cima, en la que, al lado del santuario tendremos un punto de vista espectacular sobre toda la Costa Brava y los pirineos catalanes.
¡El esfuerzo para subir vale la pena!
Las marchas del domingo
El domingo la Cicloturista de la Sea Otter se parte en dos propuestas.
La marcha de 125 kilómetros es de pura media montaña, con casi 2000m de desnivel.
Tomaremos dirección hacia la zona de las Guilleries, las primeras rampas de los Pirineos.
Una vez llegados a Bonmatí (km 20) empezamos con la primera ascensión de la prueba, en las Serres, un puerto que se coronará dos veces y donde se hará el tramo cronometrado de seis kilómetros.
El descenso nos lleva hasta el Valle del Llémena, y seguiremos hasta Les Planes, ya en La Garrotxa.
En el kilómetro 60, empieza la subida por una carretera sombría y salvaje hacia el pantano de Susqueda, que rodearemos para entrar de lleno en las Guilleries haciendo la dura ascensión por el Coll de la Nafra hasta Osor.
El Coll de la Nafra es un puerto que presenta tres últimos kilómetros muy duros en torno del 9% y con rampas de más del 14%, perfecto para exprimirse al máximo en el sector cronometrado (6km al 5.5% de media).
Se inicia un largo descenso, técnico en su primera parte, hasta Anglès y regreso a Bonmatí, donde afrontaremos por segunda vez el puerto de las Serres.
El regreso hacia Girona se hará por el Valle del Llémena, con atractivas carreteras por Llorà, Canet d’Adri y Sant Gregori, con llegada a la zona del festival Sea Otter Europe.
Es una ruta privilegiada, por un paisaje montañoso y muy verde.
Pasaremos al lado de la ermita de Sant Grau y de muchas otras cimas que proponen acantilados muy guapos.
La subida al Coll de la Nafra al lado del pantano de Susqueda es una pura maravilla.
La subida al Coll de la Nafra y su kilometro al lado del Pantano de Susqueda nos proponen unas vistas espectaculares, con este pantano entre las montañas verdes de las Guilleries.
Además, este paso al lado del pantano es la parte más fácil del puerto, ofrece la opción de disfrutar de las vistas.
Los tres kilómetros finales, con sus rampas a más de 10%, hacen de este puerto, uno de los más duros de la zona.
Sea Otter Europe: ¿Cómo se convirtió el Evento Ciclista con mayúsculas?
El recorrido de 100 kilómetros es el más fácil que se propone, con 1065 metros de desnivel y sin puertos duros aunque eso no signifique que sea llano.
El sector cronometrado estará en el puerto de las Serres. Hasta llegar a Amer la ruta coincide con la etapa larga de la Cicloturista de la Sea Otter, que en este punto se desvía hacia el pantano de Susqueda.
Aquí se seguirá hacia La Cellera de Ter y Bonmatí, donde se afrontará por segunda vez el puerto de las Serres.
El regreso hacia Girona se hará por el Valle del Llémena, pasando por Llorà, Canet d’Adri y Sant Gregori, con vistas guapas sobre los acantilados de las montañas.
Es recomendable prestar atención a la belleza del volcán de Banya de Boc que nos ofrece un paisaje precioso.
La Cicloturista de la Sea Otter
Escoger alguna de estas rutas, combinarlas y desafiarlas permite disfrutar de la Cicloturista, pero también de todas las atracciones del festival.
Tener esta prueba en el marco del festival de la Sea Otter Europe abre al aficionado casi todas las modalidades del ciclismo en un evento que en solamente un año de existencia se ha convertido en uno de los festivales de bici de referencia en el mundo.
Por eso la Cicloturista de la Sea Otter es para todo el mundo, para todos los niveles, buscamos una experiencia cicloturista que perdure por las carreteras de la provincia de Girona, con paisajes preciosos, carreteras ideales para el ciclismo, y para quien quiera, además, forma parte del circuito internacional Gran Fondo World Tour, lo que implica un muy buen nivel de organización de la prueba además de su gran proyección internacional.
Queremos que la gente sepa lo que sienten los numerosos profesionales que viven en Girona por su entorno perfecto para la práctica ciclista.
Además, el entorno de la prueba es perfecto para pasar un fin de semana con la bici como eje, gracias al festival Sea Otter Europe de Girona.
Por Vincent Cavanel, uno de los ideólogos de la Cicloturista de la Sea Otter y miembro del Occitane cyclisme Formation
Opinión ciclista
Grandes vueltas: ¿Quién es el mejor de la historia?
También en grandes vueltas, nadie se puede medir a Eddy Merckx
Las grandes vueltas son al ciclismo lo que los contrafuertes a una catedral.
Podrán gustar más o menos que las grandes clásicas, ciclismo de un sorbo, cargado como un buen café, pero en las tres semanas de un Tour o Giro o Vuelta salen a flote las miserias y excelencias de los ciclistas.
Nosotros somos más de clásicas, ciertamente, pero el fuego lento también le sienta bien a este deporte.
Hemos visto este listado, este top ten en Facebook y no nos hemos podido resistir a opinar, un poquito sólo, sobre los grandes de siempre en esta historia de tres semanas y mil aventuras.
Y vemos que el primero, como en casi todo, porque superarle se antoja imposible en un largo tiempo es Eddy Merckx, el corredor que resume su carrera diciendo que lo ganó todo, todo lo importante, salvo la París-Tours.
Eddy Merckx instauró una especie de yugo sobre el ciclismo que conoció que no tuvo muchos más nombres salvo el suyo desde finales de los sesenta a mediatos de los setenta.
El control de Merckx fue tal que en esa lista sólo sale un contemporáneo suyo, el escurridizo Felice Gimondi, protagonista en aquella jornada de Pra-Loup que cantó el ocaso del belga.
Gimondi fue, como Alberto Contador, un ciclista que explotó pronto.
Pero se le cruzó Merckx, como a otros tantos.
A Alberto Contador se le cruzó Chris Froome, a quien pudo ganar netamente una vez, en la Vuelta del 2014.
Alberto Contador en este listado podría haber estado más arriba.
Pero…
Sin embargo, no se puede obviar ese legado de siete grandes vueltas, siendo además uno de los pocos con las tres.
La lista también contempla a Miguel Indurain: si esto fuera un medallero olímpico, el Tour sería la medalla de oro y eso le pone a la estela de los más grandes.
Es curioso porque el desempate de Merckx e Hinault lo provoca la Vuelta que el belga ganó.
El tejón sigue siendo, más de treinta años después, el último campeón de la vieja escuela, aunque Tadej Pogacar se ha empeñado en seguirle, con cantidad y calidad de éxitos.
Ambos son ciclistas que atacan de amarillo, rosa o lo que fuera, que amasan triunfos de etapa, que abren distancias de diez minutos sobre los rivales.
Miguel Indurain fue otra cosa, como Jacques Anquetil, un poder contenido, medido en la habilidad contra el reloj.
Luego están los italianos, auténticos pioneros.
Belle époque, inaugurada por Alfredo Binda, ciclista que recibía primas por no tomar parte en las carreras y abrir el pronóstico.
Fausto Coppi y Gino Bartali, cuya rivalidad despierta aún emociones.
¿El mejor de la historia?
Cada uno tuvo lo suyo: su tiempo, sus rivales, sus recorridos.
Medirlos en igualdad es imposible.
Si por algo hemos de fiarnos, más allá de los sentimientos que despertaron esos triunfos, es de la estadística.
Y ésta es inapelable: Eddy Merckx
Opinión ciclista
Tour: Estas etapas matan el ciclismo
La primera de las etapas en Francia ha sido un lastre para el Tour
En un ciclismo, en una sociedad de paciencia menguante, como leo a Ander Izagirre, etapas como la primera del Tour en Francia son un tiro en el pie de este deporte.
Llego ahora a casa y leo que os estáis aburrrrriendo con la etapa tostón del Tour. Aquí tenéis algunas decisiones brutas y cómicas que tomaban los organizadores de Giro, Tour y Vuelta contra el aburrrrrimiento. pic.twitter.com/HDRvFMGrRr
— Ander Izagirre (@anderiza) July 4, 2023
No hablamos del deportista, ni de su necesidad de tomarse un respiro en una jornada que conecta la salida vasca con los Pirineos, que puede ser tomada con más o menos calma, hablamos de imagen, de la percepción, de la sensación que, o eres un enfermo de esto, o es imposible tragarse semejante bodrio.
¿Lo mejor?
La retransmisión, como casi siempre, aunque para conocer las Landas, quizá mejor los documentales de La 2.
La imagen de recreo y asueto generalizados esta jornada de julio fue el mejor tarjetón de invitación a la siesta.
Ya veis, el mito de la siesta y el ciclismo, con la voz de Perico o Javier Ares de fondo, en el calor de julio, las jornadas intensivas en el trabajo.
El ciclismo no puede permitirse etapas así, el Tour, tampoco.
Es la etapa cuatro del Tour de Francia 2023, no estamos en ruta hacia los Campos Elíseos, de homenaje al ganador, ni tampoco en el día después de una gran batalla.
Las fuerzas están frescas y las etapas buscan ganadores y protagonistas en su desarrollo.
El hecho que lamentaba Antonio Alix, sobre los belgas atacando al unísono, como en una broma pactada con la moto de Philippe Gilbert, define un paisaje triste, indigno de la mejor carrera del mundo.
El comentario de Contador, sobre cómo suben los clicks de su marca de bicicletas cada vez que uno de los suyos va en fuga debería ser de conocimiento generalizado en el pelotón, a sabiendas que hay mucha gente mirándoles, pero también equipos de marketing calculando cada segundo que su marca tiene exposición en la televisión.
Jasper Philipsen repitió triunfo en una de las peores etapas que recuerdo del Tour, y eso que hay unas cuantas, pues fumadas suceden cada año, puntuales a la cita.
El ciclismo no se puede permitir días así, los ciclistas por intocables que crean, tampoco.
Seguro que vendrán grandes días de ciclismo, pero si a la larga estos trayectos decantan la balanza sucederá que igual no habrá dinero para todos.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Noticias de ciclismo
Qué poco sabemos sobre el Tramadol
Ahora mismo sólo el ciclismo ha prohibido el Tramadol
Cierto es que no es dopaje, no al menos sobre el papel y en la norma, pero a mí que me lo expliquen ¿qué cojones pasa con el tramadol?
En otras palabras, no se puede dejar de golpe https://t.co/34sQQ5uT7n
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) December 10, 2022
Su nombre corre por los mentideros hace tiempo, no da beneficio alguno en el rendimiento, sobre el papel, pero pitar con esto, o similar, te puede valer la ruina.
En ciclismo ya está prohibido, en otros deportes habrá que esperar, como si se necesitara un tiempo de transición para dejarlo estar.
La sensación, si no fuera porque la hemos visto mil veces en el deporte, sería fea, extraña, casi nauseabunda.
La cosa es sencilla, es matar la sensibilidad del deportista para que éste se centre en el rendimiento sin que nada moleste, si quiera eso tan humano que es el dolor por el esfuerzo fuera norma que esta gente practica.
Ver su gestión denota que hay que poner tanta gente, tan diversa, de acuerdo que parece hasta siniestro que a nadie se le hubiera ocurrido antes.
Otra muesca más en quienes dicen mirar por la salud del deportista
Pillaron en Catar, en puertas del mundial de fútbol a un tipo con 2000 pastillas de Tramadol, como aquel auxiliar de Festina cargado de mierda que cazaron en la frontera entre Bélgica y Francia camino de la salida del Tour en Dublín.
No sé si adujo «consumo privado» en su defensa.
En aquel caso, ya sabemos lo que pasó, en este caso es un argumento más para quienes abogan por el tramadol fuera del deporte, no sólo del ciclismo.
Como me decían en twitter este finde ¿qué no sabrá la WADA sobre el tramadol para hacer esto?
Y lo más tétrico: ¿Qué se habría evitado de haberle puesto coto antes?
El Tramadol no es dopaje, insisten, y escribo constantemente aquí, pero todo lo que toca lo pudre y estigmatiza.
Se utilizó como arma arrojadiza para los irresponsables que iban a saco en algunas llegadas, sin miedo ni complejos, y ahora pesa como una losa sobre una de las grandes estrellas del pelotón, el amigo Nairo, que sigue sin equipo, oficialmente reconocido a puertas de Navidad.
Lo lamentable de todo esto es que, como muchas veces digo, es que estamos ante la punta del iceberg… ¿cuánta parte del cuento nos estamos perdiendo?
Opinión ciclista
Luis Enrique y la mal llamada prensa deportiva
Lo que está sucediendo con Luis Enrique es el termómetro de la prensa que se llama deportiva
Este es un tema que cuando empecé este mal anillado cuaderno solía tratar, pero con el tiempo dejé de lado, por ser imposible sacar nada bueno. Hablo de eso que llaman prensa deportiva.
Admito que me gusta el mundial de fútbol, me gusta mucho, desde siempre, su historia, las leyendas, las sedes… es una mística que sólo los Juegos Olímpicos y ciertas carreras ciclistas, diferentes cada año, según resulten, pueden igualar.
Antes del evento en Qatar, ya sabíamos que el ambiente alrededor de la selección española iba a estar condicionado por la figura del seleccionador, un gran aficionado al ciclismo además, Luis Enrique.
Pues bien, no ha hecho más que empezar el evento y tenemos llamas en las redes contra Paco González, en representación de la camarilla, por su diatriba ante el seleccionador.
Al margen que me parezca que tenga o no razón, el fútbol es algo tan apasionante como espectáculo colectivo, que esto, para mí es una menudencia, lo que me alucina es el ensañamiento gratuito contra una persona que podrá caerte mejor o peor pero que si está será por haber demostrado méritos suficientes para ejercer.
Es la bronca política, el negarle toda cualidad al adversario, llevada a la prensa que se dice deportiva.
Para la gente del ciclismo, la verdad, lo que tenga que decir esta gente poco o nada nos va a sorprender.
Con los años nos han regalado análisis sesudos como aquel que decía que el ciclismo es un deporte fácil porque van sentados o los mismos que medían la salud del ciclismo español por la cantidad de corredores que iban al Tour.
No entremos en cuando hablaban de dopaje.
Ahora, parece que a muchos se les ha caído la careta de esta camarilla.
España, lo siento, no tiene prensa deportiva, tiene una banda de malos actores, aireando lo peor de algo tan hermoso como el fútbol, para sacarse el sueldo a final de mes.
Lo triste es cuando se acuerdan de otros deportes, tipo ciclismo, y sale a flote toda su desconexión con la realidad del deporte.
A mí personalmente Luis Enrique me cae bien, sé que no es políticamente correcto pero al menos lo ves venir.
Y como repiten muchos, por cualquier cosa, hay que bancarle: que en sus famosos streams diga que está pendiente de la campaña de ciclocross me parece genial.
Tenemos aquí un buen embajador, un ciclista de papear kilómetros y sacarle todo el partido a la flaca.
Sólo por eso, y por destapar el disparate que algunos ejercen cada día en nombre de la prensa deportiva, le tenemos que querer.
Nosotros somos modestos, hablamos de nuestro deporte, nos equivocamos mil veces, pero somos directos y transparentes en nuestra opinión, pero sobretodo hablamos de algo que nos apasiona y lo hacemos con cariño infinito.
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