Ciclistas
Las vueltas de Purito
El año en curso nos está dejando numerosas muestras de cómo en un momento cualquier previsión, cualquier planificación puede saltar por los aires sin esperarlo ni preverlo. Programas enteros al garete, en un minuto, sin solución de continuidad. Contador y Froome fueron vivos ejemplos en el Tour, también si nos apuran Majka, un ciclista totalmente nuevo a aquel que hace tres semanas tomaba a regañadientes la salida en la mejor carrera de la temporada.
Sin embargo ponemos el foco en Purito, uno de los ciclistas con más minutos de tiro de cámara en el Tour que acaba de finalizar. Tercero hace un año en el Tour, el catalán centró sus miras en tres sectores de temporada: primavera, Giro y Vuelta. Sabedor de que el recorrido del Tour no le favorecía, que repetir podio en Francia iba a ser complicado y porque para Purito el mundo existe más allá del Tour, el ciclista cifró sus nuevos objetivos fuera del hexágono.
Pero las cosas se torcieron ya en el Limburgo y se acabaron de complicar en las Ardenas. Sendas caídas le dejaron fuera de los triunfos de la primavera –al menos se hizo con su segunda Volta- y le mermaron de cara al Giro de Italia. Aquí, en el tristemente célebre paraje de Montecassino, acabó de cerrar el círculo de la mala suerte con una nueva caída que, sobre las heridas anteriores, resultó fatal para sus aspiraciones en Italia. Resultado: abandono.
Tras el Giro, una curiosa circunstancia se dio en el ciclista. Él afirmaba que, recién llegado a casa, su mente estaba en el Tour, su director daba por hecha su presencia en el Tour y su representante, Angel Edo, repetía que mejor centrarse en la Vuelta y omitir el Tour. Al final se hizo lo que dijeron corredor y director y Purito estuvo en salida británica del Tour. Algo similar estamos viendo en el Twitter de Alberto Contador y Bjarne Riis, mientras el primero ve imposible su presencia en la Vuelta, el otro dice que tranquilidad, que ya se verá, que los negros vaticinios del madrileño pudieron deberse a un mal momento.
Ya de inicio quedó claro que éste sería un Tour muy diferente a las anteriores grandes vueltas en las que había tomado parte. Se lo tomó a pecho. Con todos los respetos, ver a Purito atrás o descolgado creo que no fue la mejor imagen para un ciclista que tanta admiración ha despertado en estas últimas temporadas, sin embargo contó con la aquiescencia de su equipo, que además resolvió notablemente la papeleta con Kristoff.
El catalán dejó por sentado que el Tour sería el trampolín para la Vuelta pero no estamos tan seguros de que el plan, improvisado por las circunstancias, le resulte. El desgate en el Tour ha sido notorio, obviamente no al nivel de disputar la general, pero notorio por cuanto se ha entregado desde los Vosgos a los Pirineos en el objetivo de una etapa y del maillot a lunares, algo que Rafal Majka dejó por imposible.
Ciertamente es complicado saber qué nivel de desgaste ha asumido el ciclista en Francia, pero poco no ha sido, no ha podido ser, por cuanto día sí y día también estuvo en la pomada. Ahora le cabe pensar en la Vuelta, pero encara la recta final con muchos contratiempos en el zurrón y uno más sobrevenido, el de la participación, pues las circunstancias del Tour han provocado la casi segura inscripción de Chris Froome un hueso muy duro de roer, sumado al de Nairo Quintana, otro que tal. Curiosamente ambos fueron sus compañeros de podio en el Tour 2013.
Nadar contracorriente siempre ha sido muy de Purito, este año no es una excepción, y se plantea más complicado si cabe. Veremos cómo se maneja. Las cosas no están siendo fáciles.
Imagen tomada del Facebook del Tour de Francia
Ciclistas
Tirreno-Adriático: Juan Ayuso en hora y forma
Juan Ayuso puede añadir la Tirreno-Adriático a un inicio de 2025 inmejorable
No ganó de forma aplastante, quizá acostumbrados a ver exhibiciones brutales vestidas de UAE, pero la temporada de Juan Ayuso, hasta esta Tirreno-Adriático, está siendo de 10.
Los rivales los conocíamos, estaban marcados, incluso un Filippo Ganna, y eran buenos, Tom Pidcock, hiperactivo, Jai Hindley y el propio Mikel Landa.
Ninguno se lo puso fácil.
Pero Juan Ayuso, marcado desde la salida, vivo y con todas las opciones de cara a esta etapa reina, cumplió el pronóstico.
La etapa había arrancado muy movida, con Mathieu van der Poel atacando desde el kilómetro 0, lo que prometía emoción.
Después de un ritmo frenético, finalmente se escaparon ocho corredores: Gianni Vermeersch, Benjamin Thomas, Samuele Battistella, Jasper Stuyven, Chris Hamilton, Magnus Cort Nielsen, Andrea Vendrame y Andrea Pietrobon.
El pelotón no dejó que la fuga se distanciara demasiado, con equipos como Bahrain y UAE interesados en la etapa, ya que era la única montaña del Tirreno-Adriático.
La diferencia comenzó a reducirse en la subida final, donde primero Bahrain y luego UAE, excelso Del Todo, como el año pasado en esta misma carera, pusieron presión a Filippo Ganna.
Vendrame, que ya había ganado una etapa en esta carrera, se lanzó en solitario con 5 kilómetros para la meta. En esa misma subida, Ganna fue descolgado del grupo por Isaac del Toro, quien, como decimos, impuso un ritmo muy duro.
Poco después, Ayuso atacó y, tras él, se unieron Pidcock y Hindley.
Mikel Landa logró conectar con ellos, pero Ayuso no dejó de atacar. En los últimos 3 kilómetros, el español lanzó varios ataques hasta dejar atrás a sus rivales.
Fue una gran demostración de madurez de Ayuso, quien, pese a la presión y las expectativas sobre sus hombros, controló la situación y ganó con autoridad.
Pidcock fue segundo y Hindley tercero, y no se lo pusieron fácil.
Imagen: FB TirrenoAdriatico
Ciclismo
La caída y abandono de Vingegaard son una muy mala noticia
Ciclistas
La seguridad le quita el sueño a Vingegaard
La caída de Itzulia ha disparado los temores de Vingegaard sobre la seguridad
Para Jonas Vingegaard el accidente de la pasada Itzulia puede ser un antes y un después, lo admitió en su día y ahora lo refleja cada vez que habla de seguridad en el ciclismo.
Ciclistas
Jasper Philipsen va para MVP
Hay pocos ciclistas más valiosos que Jasper Philipsen
Podríamos decir que Jasper Philipsen aún no está en la mesa de los grandes, pero sin duda es uno de los ciclistas que más se acerca a reclamar su lugar.
Hoy en día, Philipsen es uno de los corredores más valiosos del pelotón, no solo porque tiene el nivel para competir y no desentonar al lado de ciclistas como Mathieu van der Poel, sino también porque ha demostrado ser capaz de asumir el mando en momentos cruciales y decidir las carreras a su favor cuando la situación lo requiere.
En las últimas temporadas, el belga ha dejado huella, especialmente con sus victorias en el Tour de Francia y en la Milano-San Remo.
Además, sus dos segundos puestos en el París-Roubaix resaltan la consistencia y el nivel de sus actuaciones.
Es impresionante la cantidad de victorias que ha logrado, muchas de ellas de gran calidad.
Su capacidad para adaptarse y brillar en diferentes escenarios lo ha consolidado como uno de los referentes del pelotón.
Es cierto que a veces se le ha señalado por su actitud algo «mafiosa», como aquella vez en el Tour de Francia, cuando mostró una ambición y control casi abusivos dentro del pelotón. Sin embargo, no se puede negar que Philipsen ha evolucionado hasta convertirse en un ciclista indispensable en la actualidad, un verdadero diferenciador en la carretera.
Su presencia, por ejemplo, ha elevado el nivel de su equipo, Alpecin, y le ha dado a la formación una dimensión competitiva que rivaliza con los grandes equipos.
Mientras que a Van der Poel no se le conoce tanto por sacrificarse por un compañero, Philipsen ha demostrado ser un corredor por quien Mathieu pone el equipo por delante cuando es necesario.
Además de su talento, Philipsen destaca por el buen ambiente que transmite en el pelotón, manteniendo una buena relación con otras grandes estrellas, como Tadej Pogacar y Michael Matthews.
A pesar de sus momentos de tensión, su carácter competitivo y su espíritu de equipo han sido clave para consolidarlo como uno de los ciclistas más completos.
En cuanto a su evolución como sprinter, Philipsen ha dejado atrás las críticas que alguna vez recibió, como cuando nuestro querido Adrián García lo apodaba «Jasper Disaster».
Hoy es uno de los sprinters más letales, habiendo superado las 50 victorias, muchas de ellas de gran nivel, como las nueve etapas del Tour de Francia y varias etapas en la Vuelta a España. Además, su victoria en Kuurne-Bruxelles-Kuurne este año ha sido una clara señal de su potencial, demostrando a Visma que en Alpecin tienen un rival formidable.
No solo es un hombre de victorias en el sprint, sino también un corredor versátil.
La victoria en el Gran Premio de Escalda de hace dos años, donde brilló rodando de manera sublime sobre los adoquines, lo consolidó como un gran especialista en terrenos difíciles, donde se mostró eficiente y competitivo, conectando con otros velocistas belgas que también dominaban las piedras.
Hoy, la presencia de Philipsen es uno de los principales alicientes para poner en aprietos a Pogacar en la Milan-San Remo.
Como es bien sabido, si Van der Poel no logra romper la carrera, Philipsen será uno de los hombres clave.
Este 2025 ya ha comenzado a demostrar cómo puede hacerle daño al mejor ciclista del mundo, reafirmando que está preparado para luchar por los títulos más prestigiosos.
Imagen: A.S.O.
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El Mundial de ciclismo no es un chollo
Francisco Bonilla
31 de julio, 2014 En 19:35
Si alguien es capaz de dar la vuelta a la tortilla ese es Purito; ojalá que las fuerzas y la motivación estén con él porque saldremos ganando.
Agustin
31 de julio, 2014 En 21:03
Purito es un grande, enorme, creo que no tiene nada que demostrar, lástima que no fuera un poco mejor en la crono, tuviese un Giro en su palmarés, no fue lindo verlo sufrir en Francia, pero creo que es inteligente y sabe medir sus fuerzas, no creo que pueda ganar la vuelta ante tales rivales, pero estará ahí dando pelea y espectáculo seguro…