Ciclismo antiguo
La mejor contrarreloj de la historia del ciclismo ocurrió hace veinte años
Publicado
10 años atrásen
Por
Iban VegaAquel verano hacía un calor horroroso. El Tour celebró el Tratado de Maastricht visitando un buen puñado de países comunitarios. San Sebastián alumbró la carrera, ésta cruzó los Pirineos que nos descubrieron a Richard Virenque, escapado con Javier Murguialday en Pau, y se fue al norte, a Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Sí, a Luxemburgo.
Con motivo del Tour de Francia 2012, tenemos un nuevo concurso para todos los lectores de El Blog de Joan Seguidor. Participar es muy sencillo, tan sólo tenéis que dejarnos un comentario en este post, indicando quién creéis que ganará los tres maillots de este año.
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Ciclismo antiguo
Cuando los adoquines decepcionaron en el Tour
Publicado
4 horas atrásen
5 de julio, 2022Por
Iban Vega

Angel Arroyo llegó a salir en cabeza de los adoquines del Tour
Tener adoquines en el Tour de Francia es atractivo, un reclamo brutal para la primera semana de carrera una forma de separar el grano de la paja en terrenos en los que los grandes favoritos no están acostumbrados a jugarse los cuartos.
El ciclismo actual está tan igualado y medido que a veces tenemos la impresión que las cosas sólo se rompen en superficies peligrosas e imposibles, tipo pavés, como la moda de la tierra o los circuitos «súper ratoneros».
Pero los adoquines no siempre ha sido decisivos en el Tour…
Nos vamos al Tour de 1983, edición icónica que estos días vamos visitando a retazos, desordenados y a golpe de memoria y capricho.
Tras ver a Arroyo en Puy de Dôme y Perico jugarse el bigote en los Pirineos, retrocedemos unos días, al inicio de aquella carrera para visitar la etapa de los adoquines.
Situada en la primera semana, entre Valenciennes y Roubaix, la jornada de piedras del Tour 83 llegaba al día siguiente de una nada sutil contrarreloj por equipos de 100 kilómetros, como aquellas olímpicas de Barcelona 92 hacia atrás.
En el test colectivo se impuso el Mercier de Zoetemelk, con el Reynolds de Perico y arroyo dejándose casi seis minutos.
Aquella máquina triturar que eran las cronos por escuadras no tenía compasión de aquellos españolitos que iban a conocer el Tour.
Que se lo digan a Julián Gorospe, sobre el papel el líder del equipo de Echávarri, que al día siguiente se dejaría 25 minutos tras desfondarse persiguiendo incordiado por un par de pinchazos.
«He venido aprender, a ver cómo iba esto» se sacudía el joven vizcaíno, atosigado por preguntas sobre su balance deportivo.
Lo de Gorospe fue mala suerte de manual, porque la jornada resultó extrañamente lenta e indefensa.
A una salida a full, le siguió una ralentización de todos los hombres importantes una vez empezaban a sucederse los tramos de pavés, tramos que llegaban a sumar unos 30 kilómetros de una etapa de 150.
En el pelotón, Ángel Arroyo se emocionaba al ver que todas aquellas plazas que pedía en las alfombras empedradas, las recuperaba en los tramos de conexión de asfalto.
El abulense estaba de dulce, tan de dulce, que antes de entrar en el velódromo de Roubaix se armó de valor y saltó a ver qué pasaba.
Un ataque que le hizo ser el primero del pelotón entrar en el célebre velódromo.
Había salvado las mil circunstancias del adoquín, había aguantado ante los armarios belgas y neerlandeses, había salido vivo de la jornada más conflictiva… hasta que se cae en el mismísimo velódromo.
«He sido un idiota» decía Angel, siempre sencillo y directo, lamentándose por la «flipada» que protagonizó en puertas del templo del infierno del norte.
Marc Gómez tuvo que irse a casa por esa misma caída con fractura en la cabeza del fémur.
Ángel salía de Roubaix a cinco minutos de los mejores, pero sólo a medio de Laurent Fignon.
Antes que ellos llegaran Rudy Matthys había dado cuenta de Kim Andersen, el nuevo líder.
Y es que como reza el articulo del servicio especial para El Mundo Deportivo, aquel día de julio de 1983, la etapa de adoquines del Tour fue «venida a menos».
Ciclismo antiguo
Tour 1983: Cuando Perico fue el loco de los Pirineos
Publicado
4 días atrásen
2 de julio, 2022Por
Iban Vega

En ese descenso Perico revolucionó la imaginería del Tour 1983
Aquella bajada del Peyresourde en el Tour de 1983 fue un icono, al punto que llegó a inspirar hasta cuadros perfilando a Perico dándolo todo cuesta abajo, al punto que le llamaron el «Loco de los Pirineos».
En castizo francés: «Le Fou des Pyrénées».
No hace mucho vi una fotografía de Perico con Philippa York, su nombre actual, aunque hace casi cuarenta años, era el de Robert Millar.
Cuántas historias firmaron estos dos, cuántas veces se cruzaron aunque si hubo una sonada fue ésta, en el Tour de 1983, cuando Robert Millar le rebañó una etapa de antología a Perico.
Una jornada que fue de Pau a Luchon por el círculo de la muerte de los Pirineos aunando Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde, para acabar, como tantas veces en Luchon.
Una de esas jornadas de antes, que quisiéramos revivir ahora.
Sea como fuere aquello fue brutal, bestial, casi 200 kilómetros corridos a cuchillo merced al primer acelerón de los colombianos, ya en el Aubisque, dando las primeras pinceladas del infierno que se avecinaba.
Luego en el Tourmalet, Patrocinio Jiménez aguantaba en cabeza con un Robert Millar que olía la pieza.
El escocés no dio más de un relevo en condiciones, sabedor que lo importante estaba por llegar.
Montaba ese día un cuadro que fue el primero con piezas de carbono en ganar una etapa del Tour un cuadro que, no hace mucho, vimos en un hotel de Flandes que recomiendo a quien quiera sumergirse en el ciclismo de todos los tiempos, el Flandrien Hotel.
Millar se escapó solo en el Peyresourde y emprendió el descenso hacia Luchon.
Lo hizo con 35 segundos sobre Perico que venía de dejar atrás al que acabaría siendo ganador de aquella carrera, el rubio Fignon, entonces un buen ciclista, joven y prometedor que, de repente se vio con dos Tours y toda la vida por delante.
Una vez fijadas las posiciones en la cima del Peyresourde, vino esto…
Pedro delgado, alias le Fou des Pyrénées (Tour 1983).pic.twitter.com/zoofTbm4zh
— David Guénel (@davidguenel) May 2, 2022
Con un riesgo que excedía toda norma, Perico se acoplaba, sin casco, a pelo hacia la parte delantera de su manillar, con la barbilla por delante, la mirada en la siguiente curva y todo el valor del mundo.
Le faltaron al bueno de Perico, 23 años en su bautismo internacional, seis segundos para dar caza a Robert Millar, haciendo de esa etapa del Tour de 1983 la primera página de un libro que recoge una de las grandes rivalidades de tiempos recientes.
Ser el loco de los Pirineos no le valió a Perico ese día, pero su estampa hizo fortuna, demostrando que no todo es ganar, también hay que marcar y emocionar, cosas que a Pedro se le dio muy bien siemore.
Ya sabéis, a los pocos días sería segundo en el Puy de Dôme.
El ciclismo español entraba en la modernidad.
Imagen: FB Movistar Team
Ciclismo antiguo
Angel María de Pablos: «Fignon me dio una entrevista en español sin problema»
Publicado
7 días atrásen
29 de junio, 2022Por
Iban Vega

Al habla Angel María de Pablos con Pello Ruiz Cabestany sobre las sutilezas de la narración ciclista
En los días más duros del confinamiento por el Covid, hace más de dos años, las reposiciones de ciclismo fueron uno de los momentos más esperados de la jornada, un instante que aguardábamos cada tarde y que nos llevaba, entre otros sitios, a los años ochenta con la voz de Angel María de Pablos.
Para muchos fue un descubrimiento, una voz radiofónica en Televisión Española, perfectamente modulada y cargada de poesía que nos narró el primer ciclismo que recordamos.
Angel María de Pablos y Pello Ruiz Cabestany, ciclista por aquellos años, nos ayudan a reconstruir la vida del narrador de las Vueltas de Pino, Perico, Belda Hinault y Marino.
Cabe recordar que Angel María de Pablos empezó como redactor de ciclismo del Norte de Castilla, en el Trofeo Virgen del Carmen, en su provincia de Valladolid.
Ha pasado mucho tiempo, tanto que sólo cabe recordar que aquel día compitió un tal José Pérez Francés, del que hablaban maravillas, pero que no era profesional aún.
Era entonces un chaval que casi no había cumplido la mayoría de edad y ahí empezó, contando el ciclismo en vivo y directo desde el coche.
Con Angel y Pello, transitamos, por las sutilezas de la narración ciclista, una habilidad de la que el periodista vallisoletano hizo un arte que despertó el interés del mismísimo Miguel Delibes.
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Ciclismo antiguo
Tres de los ciclistas muertos en la Primera Guerra Mundial ganaron el Tour
Publicado
1 semana atrásen
28 de junio, 2022Por
Iban Vega

Recordamos alguno de los ciclistas que perecieron en la Primera Guerra Mundial
El día 28 de junio de 1914 se marca como la primera jornada de la Primera Guerra Mundial, una máquina de destrozar generaciones y sueños de la que los ciclistas no fueron ajenos.
Mucho menos divulgada que la segunda, aquella conflagración fue una barbarie tan grande y tan mal resuelta que dio origen al segundo capítulo, veinte años después en unos de los ciclos más horrendos y espeluznantes de la historia de la humanidad.
El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa a manos de un estudiante nacionalista serbio abrió la veda.
Luego los imperios centrales entrarían en conflicto con las naciones aliadas dándose diversos escenarios al mismo tiempo donde perecieron millones de personas en batallas interminables e irresolutas.
Años antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, el Tour había nacido con salud, fervor y los primeros grandes ciclistas de la historia
Los nuevos tiempos cabalgaban en bicicleta, ese elemento ya menos exótico que pasó de pulular por las ciudades a estructurar competiciones y apuestas integrales donde grandes diarios se lo jugaban todo a eventos deportivos.
Así nació el Tour y así crecieron sus primeros héroes, dándose la circunstancia de que tres de los ciclistas pioneros de la carrera acabarían sus días en el fragor de la Primera Guerra Mundial.
Hablamos de la terna formada por Lucien Petit-Breton, François Faber y Octave Lapize.
Entre los tres escribieron el palmarés del Tour desde 1907 a 1910 y los tres encierran historias de excepción.
El nombre real de Lucien Petit-Breton fue el de Lucien Georges Mazard, si bien pasó a la historia, incluso al palmarés del Tour con el apodo de pequeño bretón.
Hablamos de un excelente pistard de la época, que vivió tiempo en Buenos Aires y que pudo batir el récord de la hora en el mítico velódromo parisino de Buffalo, el mismo lugar donde Henry Desgrange lo fijó por primera vez a finales del anterior siglo.
Petit-Breton superó los 41 kilómetros en sesenta minutos antes de ganar el Tour por doble ocasión, siendo el primero en lograrlo en la historia.
Durante la I GM, en 1917, sería herido en las contiendas de Vouziers, el lugar donde falleció un piloto llamado Rolland Garros.
Al poco tiempo, fruto de las heridas fallecería en el hospital de Troyes.
François Faber fue luxemburgués, el primero en ganar el Tour esta carrera antes del legendario Nicolas Frantz.
Faber ganó la edición de 1909. En su condición de no francés estuvo adscrito a la Legión Extranjera de Francia tomando parte en la Batalla de Artois, en el norte del hexágono, no muy lejos de Roubaix.
Allí, en 1915, fue informado de que iba a ser padre, pereciendo en el momento de la celebración de la nueva en la trinchera.
Una bala alemana le dio muerte.
Un fatal descuido que le impidió conocer a su niña.
Autor de la famosa frase de “sois unos asesinos” fruto de la primera travesía pirenaica del Tour entre lobos acechantes en las cunetas, Octave Lapize había ganado la edición de 1910.
Sargento del ejército francés, pereció en Pont-à-Mouson en 1917 durante un combate aéreo.
En su epitafio se puede leer: “Muerto por Francia”.


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C.S.DelAlamo
13 de julio, 2012 En 12:20
Miguel Indurain… por mucho que les pese a muchos un ciclista dificil de igualar.Y aunque se salga de la "esencia" de este blog, hoy 13 de julio me gustaria regresar los veinte años que hace que pasó, y poder enmendar los errores del pasado.Gracias Iván por la oportunidad que me ofreces cada día de expresarme en tu estupendo blog.
Javier Rosado Sanz
13 de julio, 2012 En 17:06
Gran articulo y gran contrarreloj aquella de Indurain! Para mi los maillots de este año van a ser: el amarillo, indiscutible para wiggins, el verde, Peter Sagan y el de los jovenes para Van Garderen.
El Forastero
13 de julio, 2012 En 23:32
¿Tres maillots? Mis cuentas dicen que son cuatro. Yo le apuesto a Froome de amarillo, a Sagan de Verde, a Van Garderen de Blanco y a Rolland de pepas rojas.Saludos
Iván Vega
14 de julio, 2012 En 4:27
es cierto y debemos especificarlos: GENERAL, REGULARIDAD Y MONTAÑA
tomas erro
14 de julio, 2012 En 3:38
sin animo de ofender, el pueblo natal de Miguel Indurain es Villava, las dos con v. Somos paisanos, de hecho, mi tio fue compañero suyo cuando tenian 12 años en el Club Ciclista Villaves
Iván Vega
14 de julio, 2012 En 4:33
Gracias Tomás, disculpa el error y rectificamos
Andrés Bravo
2 de junio, 2021 En 0:20
Gran contrarreloj la del «Extraterrestre», no caben dudas. Pero veo en este comentario un exceso de entusiasmo ibérico, entendible si su autor procede de esos lares. Pero para mí, la contrarreloj más emcocionante y técnicamente depurada fue la del 24 de Julio de 1989 en el tour de Francia. 24 jul 1989. Es archiconocida, pero reitero los datos. En la contrarreloj de 24 kilómetros, el norteamericano Greg LeMond conseguiría aventajar a Laurent Fignon en 58 segundos, ganando así el Tour de Francia por la menor diferencia de la historia: 8 segundos.