Wout Van Aert

A Van Aert le renta ser «Poulidor»

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Incluso siendo segundo, Van Aert no para de ganarse a la gente

No creo ser el único que miró con tristeza cómo Wout Van Aert atravesaba segundo la línea de meta del velódromo de Roubaix.

«Una más, una menos» pensé, con la imagen de la tricolor belga en el podio, a la derecha de Van Baarle, en una edición en la que se jugó con su concurso hasta el minuto final antes de empezar.

Es la ciencia de los resultados, la estadística pura y dura, Wout Van Aert empieza a ser célebre por las carreras en las que acaba segundo.

Pero no pasa nada, hasta el mismo se lo toma coña…

La condena de los muy buenos es la cantidad de ocasiones que el público detecta se quedaron por el camino, ocasiones que, de haberse culminado, le pondrían en estatus de leyenda.

Hemos dicho, no pocas veces que en este ciclismo de clásicas con dos monstruos -VDP + WVA- quizá no siempre ganen ellos, pero que condicionan las carreras es una obviedad.

Y eso sucedió el domingo, en Roubaix, una vez más.

Van der Poel se dedicó a cerrar huecos, mientras Wout crecía según avanzaba la carrera, hasta que vio que Van Baarle tomaba la distancia definitiva.

El neerlandés tuvo, entre otras cosas, lo que a Van Aert le falta en los grandes momentos, un equipo que le mantenga el rebaño junto cuando lo necesita, cuando sólo quedan un puñado de líderes y algún outsider espabilado.

Cuando vemos la lista que menta la cuenta de @CafeRoubaix nos acordamos de las muchas veces que el año pasado, Van Aert se quedó a las puertas, de cómo le pasaron la tostada en los Juegos o en el mundial, un año antes, de las ocasiones falladas en el camino.

«Es que se le pasan los años y…» leo muchas veces al tiempo que pienso que esto ya lo había visto con Alejandro Valverde.

Al final Wout Van Aert y su legado serán más grandes que su palmarés

 

Ser considerado como un «eterno segundón», como al abuelo de su eterno rival, no le quita un ápice de atractivo, al revés, Wout Van Aert crece en cariño y reconocimiento cada vez que acude a una salida o cuelga un ride en Strava.

Es un ciclista querido y apreciado, con la sensación que siempre puede optar a más, pero con poder y magnetismo en la carretera.

Y con un palmarés ya interesante en un ciclista que, si hace cinco años, nos dijeran que iba a estar a este nivel, en estas carreras, nos habríamos echado las manos a la cabeza, viéndole tan poderoso en ciclocross.

Ahora a ver qué es capaz de hacer en Lieja-Bastogne-Lieja.

Imagen: A.S.O./Pauline Ballet

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