Wout Van Aert
Wout Van Aert no todo lo puede
Incluso para Van Aert no todos los objetivos son viables
Hace unos pocos días, tras lo visto en el Tour de Flandes, la sensación que prendió en el ambiente fue que Wout Van Aert concluía la campaña de clásicas del adoquín un punto por debajo de su archirival, Mathieu Van der Poel.
Derrotado en el mundial de ciclocross, el belga volvió a probar el sabor de la derrota en cada cruce con el neerlandés.
Es cierto que en casillero particular, Van Aert lleva ventaja sobre los adoquines, merced a la Gante-Wevelgem, pero aquí no estaba Van der Poel, pues cuando ambos coincidieron, éste estuvo por delante.
Cuando en Kwaremont, Van Aert cedió ante Asgreen y Van der Poel, se culminó la sensación que se venía arrastrando desde la misma Strade Bianche, que el del Jumbo nunca ha estado al nivel esperado esta primavera.
Pudo llegar con los mejores, a él eso ya se le descuenta, pero nunca con opciones a ganar nada importante, nada real.
Se pasó persiguiendo, encajando golpes más que otra cosa, cerrando huecos, corriendo a la contra, esa realidad la vimos en la misma Strade, pero también en Harelbeke y en el mismísimo Flandes.
Van Aert ha perdido la iniciativa, siendo un ciclista que destacó por su poder y arrojo en aquella Strade de hace tres años, a nadie se le escapa que sus mejores y no tan buenos días han pasado por perseguir, no por tomar la iniciativa y riegos.
Ganó una San Remo siguiendo a Alaphilippe, lo mismo sucedió en Flandes el año pasado y esta temporada, lo hemos visto nuevamente.
Creemos que ha perdido pegada, que no remata en proporción a esa intimidación que sugiere, el último ejemplo la Flecha Brabanzona con Pidcock, mejor que él en un sprint, el mismo Van Aert que semanas atrás ganaba el primer azul de la Tirreno en una volata frente a Caleb Ewan.
Y quizá aquí resida el problema, que hemos vendido la sensación que Wout Van Aert todo lo puede, que está en disposición de ganarle un sprint a Ewan, una crono a Ganna, disputarle una general a Pogacar y porfiar por un monumento ante Alaphilippe y VDP.
Todo eso lo ha hecho, pero son demasiadas cosas.
Tras el rendimiento en Flandes, el entrenador del ciclista admitió que esa Tirreno tan espectacular había sido cualquier cosa, salvo un entrenamiento de calidad, pues gastó mucho y eso acabó pesando.
Nos encantan los ciclistas polivalentes, que todo lo pueden, recordamos a Geraint Thomas hace cuatro o cinco años, en otro nivel le detectamos el mismo problema, hasta que dijo querer ganar el Tour, prescindió de la pista, de las clásicas y acabó coronado el París.
A nosotros nos cuesta ver a Van Aert ganar un Tour, pero la sola opción de intentarlo le va quitar chance en otros círculos, que se le dan bien y en los que ha demostrado poder brillar.
Cabrá, pues, centrar el tiro, ni Van Aert todo lo puede.