Ciclismo
Vuelta 2022: La duda está en cuánto puede aguantar Evenepoel & cia
No veo tan claro que Evenepoel aguante las tres semanas de la Vuelta 2022
En la excelente subida que abría la montaña de la Vuelta 2022, el Pico Jano, hubo un momento en el que Remco Evenepoel y Enric Mas iban abriendo diferencia sobre un grupito que poblaban ganadores de Giro y Vuelta, podios en las grandes y muchas etapas.
Era un grupo formado por Roglic, Yates, Hindley, Almeida y Tao junto a otros como Kelderman, Carlos Rodriguez, Sivakov y otros.
Mientras Remco iba quemando cartuchos en su sublime actuación, mientras Juan Ayuso llamaba a la mesa de los grandes, estos iban haciendo por detrás.
No hay vuelta de hoja, lo visto, visto está y poco podemos añadir, pero la realidad es que en la balanza de las fuerzas, la cosa se empieza a decantar.
Remco Evenepoel opta a la Vuelta 2022, corrió a ganar y ya lleva el líder, pero queda una eternidad para el final de la carrera, una eternidad de dos semanas largas con mil circunstancias por el camino.
Me llamaron la atención en la cima de Pico Jano ciertas preguntas a Evenepoel y Ayuso
Al primero, muchos le ven con condiciones de llegar hasta Madrid y yo, lo siento, hasta que no lo vea, no lo creo.
En la subida cántabra Remco los puso, como decía mi padre, marcando, sacó una diferencia brutal en meta.
Pero hablamos de la tercera etapa en España, la sexta en el cómputo de la carrera.
Remco Evenepoel es maniático, trabajador y talentoso, pero sigue siendo joven, mucho y la tercera semana es un terreno inexplorado para él.
Alrededor suyo tiene un equipo entregado, pero nuevo en estas lides, el reto es doble, por todos los lados, tanto para los azules como para el corredor.
La euforia de Remco se traslada a Juan Ayuso, en otra medida, pero se traslada.
En Pico Jano ya la preguntaron por si el relevo en el liderato de UAE se había producido: Pero si sólo ha sido una ascensión, una prueba seria y sacar conclusiones es una temeridad,
Son chavales, preparadísimos, con todos los mimbres para triunfar, pero muy jóvenes y están en terreno inédito para ellos.
Ni Evenepoel ni Ayuso saben lo que es una tercera semana de una gran vuelta y eso no se aprende hasta que no se pasa.
Lo bueno de esta Vuelta es que nos queda por ver esto, la suerte que corren los dos, y lo que den de sí los de atrás, que son muy buenos y vienen con ganas.
Entre el fin de semana asturiano y la crono alicantina, tendremos un paisaje más realista.
Sólo un deseo, que nos lo pasemos en grande.
Imagen: Unipublic / Sport Cycling Agency
Ciclismo
Pogacar habría ganado la Vuelta pero…
La Vuelta ya es de lo poco que le queda por ganar a Pogacar
En la cada vez más certera y reiterada comparación entre Tadej Pogacar y Eddy Merckx, es sin duda el ciclista que más se ha aproximado al belga, incluso más que Hinault, hay una cosa que sucede con el esloveno que sucedió con Caníbal, y es que podemos relatar su palmarés comentando aquello que aún no ha ganado, entre otras cosas la Vuelta a España.
Es curioso que el idilio de Pogacar con las carreras de tres semanas empezara hace cinco años en la Vuelta a España, en la antesala del Covid, aunque marcando las pautas de lo que sería su futuro inmediato y no haya vuelto a esta carrera.
La jornada aquella de Gredos, atacando a más de 30 de meta, para asaltar el podio y llegar solo a meta, fue la carta de presentación de este corredor, que con ecasos veinte años se batía con Alejandro Valverde y Primoz Roglic, casi nada.
Pogacar pisó su primer podio en la Vuelta 2019, fue tercero y desde entonces acumula otros seis podios más, de ellos tres victorias y dos segundas plazas en el Tour más el Giro que ganó en mayo.
Así las cosas, la Vuelta a España aprece como la grande que le falta al mejor talento que hemos visto nunca.
El trofeo de la grande española se une a la Milán-San Remo y la París-Roubaix, si nos centramos en lo más vistoso del cilcismo, sin perder de vista la corona olímpica y alguna vuelta de una semana como Itzulia, Suiza o Dauphiné.
Lo demás Pogacar ya lo tiene.
He leído a mucha gente, por eso, incluso en nuestro podcasr Antonio Alix lo dijo convencido, que Pogacar habría ganado la Vuelta con una pata.
Es posible que eso fuera así, pero yo no lo veo tan fácil.
Para empezar en un deporte más que centenario, nadie ha ganado las tres grandes el mismo año y que Pogacar y los suyos no se lo plantearan tras el Tour seguro que tiene base firme.
Entre la victoria en Francia y la siguiente carrera. en Quebec, pasaron casi dos meses sin competir para el esloveno, una dosificaicón que muchos no tienen en cuenta pero que seguro influye en su rendimiento estratosférico.
Correr las tres grandes para ganarlas fue una ocurrencia que puso muy de moda Oleg Tinkov hace unos diez años y nadie ha tenido opción a hacerlo.
Sepp Kuss el año pasado corrió Giro, Tour y Vuelta, ganando la última, y nunca más le hemos visto al mismo nivel.
Una cosa es decir que se puede ganar la Vuelta fácil, más viendo el nivel que ha tenido, y otra hacerlo y gestionar los costes en el futuro.
Si Pogacar y los suyos no se lo han planteado, por algo será.
Imagen: ©PHOTOGOMEZSPORT 2019
Ciclismo
Giro dell´Emilia: Pogacar y la segunda plaza
En el Giro dell´Emilia, otra vez Pogacar abrió la lucha por el segundo puesto lejos de meta
Así las cosas ya hemos visto a Tadej Pogacar con el maillot de campeón del mundo, el mismo que decíamos que no iba a lucir mucho durante este periplo, pero que por de pronto ya le hemos visto en el Giro dell´Emilia.
Ya sabéis, esta carrera son varios pasos por San Luca, la montaña que te sigue los pasos nada más pones el pie en Bolonia hasta acabar, a diferencia del Tour, a la vera de su bella iglesia barroca en la cima.
Son en concreto cinco pasos, subiendo paralelos a ese pórtico ininterrumpido hasta la cumbre y bajando de nuevo a Bolonia, para volver a ascender.
Pogacar atacó en el primero de los cinco y no fue algo anunciado y no sé yo si previsto, el equipo no le allanó el camino, simplemente sucedió.
Hubo río revuelvo nada más cruzar el arco del Meloncelo, con Remco Evenepoel cortejando la primera plaza, Pogacar tomó el mando y voló solo hacia su primer Giro dell´Emilia, cuyo podio ya había pisado varias veces sin probar aún el sabor del éxito a la sombra de San Luca.
Cualquiera que haya visto ciclismo este último mes, estaba cantando que Pogacar no iba a esperar ni siquiera a la penúltima vuelta, teniendo cinco para proponer un duelo imposible tan lejos de meta.
Matteo Jorgenson le vio partir y «arrivederci»…
Es otra línea más en la pared de la litera para Pogacar, que cuenta sus victorias por «solos» tan llenos de belleza como carentes de emoción para la primera plaza.
Cuando él ataca, se activa la lucha por la segunda plaza, como sabedores que no va a haber forma de contenerle.
Este año la lluvia y el mal tiempo han impedido ver muchas de las escenas ya familiares de este año, cuando parte Pogacar queda el vacío y el desconcierto ante una carrera completamente nueva para sus rivales.
Sucedió en la Strade y desde entonces va a recital sin grupo por carrera, en la Volta, en la Lieja, en varias etapas del Giro y Tour, en Montreal y la mejor de todas, en el Mundial.
Es tremendo que a su poder en la carretera se suma una capacidad de intimidación como pocas veces hemos visto, un movimiento suyo y todos bajan los brazos alrededor, alguno trata de seguirlo, vagamente como Jorgenson hoy, pero la carrera, en cuanto a la primera plaza del palmarés, va cerrando el abanico.
Lo que estamos viendo este año es tan bello como abrumador, el chaval nos cae bien, pero mata cualquier opción ajena de raíz y eso es bueno y malo al mismo tiempo.
Solo os digo una cosa, por vuestro bien y del ciclismo: Que Vingegaard recupere su mejor versión y sea capaz potenciarla el año que viene.
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) October 5, 2024
Por eso cruzo los dedos, que venga el Vingegaard de ls Tours pasados, un Van der Poel a modo dique en los terrenos flamencos, que alguien pare a este chico, porque lo suyo empieza a ser la carrera por el segundo puesto.
Imagen: Silvia A. Casali y Vebo Studios
Ciclismo
El arcoíris de Pogacar con Alix, Borja Cuadrado y Momparler y ¿qué fue de Fabio Aru?
Tres años después de dejarlo, Fabio Aru sigue muy vinculado al ciclismo
Otro podcast más os traemos género variado y original con una guinda directa desde Italia, Fabio Aru.
Aquejados de una resaca que se alarga durante la semana, hemos reunido diferentes visiones para hablar del Mundial de Ciclismo, la selección española pero sobretodo de la dimensión que está alcanzando el gigante de Tadej Pogacar.
Así las cosas, empezamos con Antonio Alix y Borja Cuadrado en un intenso debate de media hora para no sólo hablar del presente del esloveno, también del sitio que, sin duda, se está haciendo en la historia del ciclismo, metiendo codos entre los nombres más grandes de siempre.
Pascual Momparler aceptó nuestra invitación en A Cuchillo para charlar de lo que fue el Mundial de ciclismo para la selección española y todo lo que le rodeó.
Es interesante escucharle los entresijos de esta edición y la valoración de su periodo al frente de la selección.
En el Italian Bike Festival hablamos con un ciclista que hace 10 años era una de las grandes figuras. Fabio Aru.
Nuestro repaso va desde sus años de competición, esas caras que ponía en el máximo esfuerzo y sus mejores momentos a su presente y el cariño que le sigue teniendo al ciclismo.
Como veis, programa que viene con resaca de Zúrich tras la gesta de Tadej Pogacar. Aquí os dejamos las perlas del mismo:
0:19 Introducción.
0:58 ¿Cuán grande va a ser Pogacar? lo hablamos con Antonio Alix (Eurosport) y Borja Cuadrado (Cadena Ser).
32:42 A Cuchillo en compañía de Pascual Momparler que analiza la selección española y su etapa desde 2019 al frente.
49:28 Recordamos los mejores momentos de Fabio Aru y nos interesamos por lo que hace ahora en el stand de Specialized en el Italian Bike Festival.
Ciclismo
Al mundial de gravel le queda para ser un Mundial
El Mundial de gravel traerá estrellas de la carretera pero no a las propias de la modalidad
Curiosamente el domingo, mientras se celebre el que muchas veces he considerado el 6º monumento, la París-Tours, por caminos de viñas, algunas grandes estrellas estarán en el Mundial de Gravel en Flandes.
Lo cierto es que para uno que le gusta disfrutar de esta modalidad, le término competición en gravel sigue siendo algo que me chirría, sí ya sé, es un concepto antiguo y que en este ciclismo el gravel también merece un mundial, pero perdonadme que siga sintiéndome incómodo con la vinculación de la palabra competición con el gravel.
En todo caso, el tercer mundial de gravel es una realidad que ha movilizado una tierra tan ciclista como Flandes en pos de una carrera que seguro será preciosa.
Desconozco como la darán y dónde, seguir algo así es una locura mayúscula, al punto que las coberturas acaban siendo muy diferentes a las de carretera.
Y es que hay todavía muchas cosas por aclarar sobre el Mundial de gravel y que acabe considerado un mundial más como tal.
He leído esta pieza de Cyclingnews y me veo aquí un percal muy similar al del MTB, cuando los corredores que cumplen con la temporada regular se quejan de que los grandes nombres de la carretera les quitan los focos en mundiales y Juegos Olímpicos.
Este mundial no va a tener muchas de las estrellas que compiten regularmente en gravel durante el año, quejosas de que aquí quedan desplazadas por los grandes nombres.
Las ausencias de australianos y estadounidenses son notables.
Ello, que va un poco en contra de lo que sería un mundial como tal, supongo que se la traerá al pairo a quienes han montado la carrera del domingo en Flandes, que se garantizan buenos titulares con la salida de gente como Matej Mohoric, campeón saliente, Mathieu Van der Poel, Lotte Kopecky, Lorena Wiebes y Jasper Stuyven, entre otros.
Son ellos los que se llevarán el calor popular y la atención en una modalidad que pisan 1 ó 2 veces al año.
¿Injusto? depende cómo se mire, pero está claro que la carretera debe alimentar las otras modalidades ciclistas si éstas quieren seguir siendo viables.
En el Mundial de gravel, por eso, se dan circunstancias curiosas como que los equipos son los que sufragan los gastos de los corredores, pero estos lucen la elástica nacional.
Alguna táctica de equipo y supranacional se da por descontada, aunque no veo aquí tan sencillo aplicar pizarras como en la carretera, pues el gravel es otro rollo, más peligroso y en ocasiones hasta temerario, cuando al organizador se le va la mano y mete algún tramo que mejor se hace con una MTB.
Hacen bien, por eso, en ponerlo muy al final de la temporada, con el incipiente otoño aterrizando y entrando en bosques que se llenan de ternura y belleza, conectando un poco, aunque sea muy poco, con esa idea romántica y viajera que me gusta concederle al gravel.
Imagen: FB Challenge Tires
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