Ciclismo
Van Aert o Van der Poel ¿a quién prefieres?
La primavera que viene tendrá a Van Aert y Van der Poel en el centro de todo
Ya nos perdonaréis azuzar el fuego de la pasión y las debilidades de cada cual, pero nos quedamos el otro día con unas palabras de David Seco, fiel admirador de Van der Poel, en la charla que mantuvimos a tres, con Unai Yus, sobre Van Aert
El múltiple campeón de España se sorprendía por la querencia del populacho por Wout Van Aert, incluso muchas veces por delante de Mathieu Van der Poel.
Convenimos los tres que eso podía ser cosa de las exhibiciones de Van Aert en el Tour, «the place to be», donde cada segundo de exposición cuenta por cien de cualquier otra carrera.
Es cierto que el ciclismo es mucho más que el Tour, aquí lo contamos varias veces a diario, pero la gente, el gran público ve lo que ve, y como nos dijo un día Carlos de Andrés: «Hay dos ciclismos, el Tour y si se quiere la Vuelta y luego el resto».
Se acercan por eso fechas señaladas para los buenos aficionados al ciclismo, fechas en las que lo gozaremos cual cerdo en un lodazal, intentando ser lo más gráficos posible.
Sabemos además, como hablamos con Seco & Yus, que Van Aert y Van der Poel van a estar en la pomada seguro, si no es ganando, sí condicionando las carreras.
Todo pasará alrededor suyo, a cada movimiento suyo le seguirán una cascada de acciones y situaciones que abrirán el melón hacia uno u otro lado.
Yo siempre he sido de Van Aert, por su clase, su potencia, la forma que tiene de competir aunque admito que Mathieu es canela en rama y que cuando éste está en la partida, a Van Aert le pesan las piernas.
En todas las carreras de un día, salvo curiosamente el Tour de Francia, donde el belga parece despojarse de todas las manías.
Para la primavera que se nos viene encima, en especial esa Strade que ha desplazado la Het Nieuwsblad del calendario de estos dos, y otros grandes nombres, vuelvo a ver un panorama similar a otros años.
El único cambio realmente que me motiva es que Van Aert corra, por fin, sin contrapesos no sé si mentales o reales y se arme hasta los dientes para sacar la cabeza en carreras que no te dan el conocimiento del Tour, pero que son la base y el sustrato de la pasión que muchos sentimos por este deporte.
Hay un factor poco comentado y es el equipo que va a rodear a Van Aert, que podrá actuar en concierto ante un Van der Poel, que no tiene mal grupo, pero que irá más de solista.
Luego quienes puedan seguirlos saben que en un mal paso de estos, la gloria podría ser hasta suya.
Ciclismo
Quiero creer en el Alejandro Valverde seleccionador
Lo que logró como corredor no va a ser sencillo que Valverde lo consiga como seleccionador
Alejandro Valverde ya ha sido nombrado oficialmente como el nuevo seleccionador nacional de carretera masculino de España.
En su haber, una carrera, llena de victorias prestigiosas como cinco Flechas Valonas, cuatro Lieja-Bastogne-Lieja y la Vuelta a España de 2009 y su mayor logro: coronarse campeón del mundo en 2018.
Tras su retiro en 2022, Valverde continuó su vínculo con el ciclismo como embajador y gravelero.
El anuncio de su nombramiento se realizó el día del padre por parte del presi de la Real Federación Española de Ciclismo, que destacó su experiencia y conocimiento profundo del deporte como cualidades fundamentales para liderar la selección.
Siempre sonriente, cercano y cálido en las distancias cortas, Valverde expresó su entusiasmo por este nuevo desafío llamado seleccionador, asegurando que dará lo máximo para contribuir al éxito de la selección española.
Para Valverde es clave la relevancia del trabajo en equipo y la colaboración con otros seleccionadores y personal técnico para alcanzar los objetivos establecidos.
Desde fuera, no lo veo nada sencillo, y eso que el ciclismo español tiene buena base para volver a ser protagonista en los mundiales.
Es cierto que Valverde fue uno de los mejores ciclistas que ha visto este país, pero una cosa es triunfar en la carretera y otra en el coche, y muy diferente también lograr transmitir como seleccionador situaciones tan personales como a las que se ha enfrentado en sus años de ciclista.
A modo inmediato le viene el Mundial de Kigali, Ruanda, en 2025.
Otro desafío será la integración de nuevas tecnologías y metodologías de entrenamiento para optimizar el rendimiento de los ciclistas, un área en la que la experiencia internacional de Valverde jugará un papel crucial.
Su nombramiento refleja una apuesta por la experiencia, el liderazgo y la pasión por el ciclismo, no lo dudo, pero también por un carisma con el que va a ser imposible competir, ojalá salga bien, pero a priori no me pareció la mejor opción.
Ciclismo
Milán-San Remo: Van der Poel nos ganó la carrera del siglo
La segunda Milán-San Remo de Van der Poel llega en una carrera histórica
Se sabía de antemano que esta Milán-San Remo iba a romper los moldes, el guion escrito, las previsiones, como esa que recordábamos esta mañana de Gino Bartali. Una carrera para marcar un antes y un después, con Mathieu Van der Poel en lo más alto.
Ha sido emocionante, más que nunca.
San Remo siempre nos ofrece los 15 minutos del año, pero esta vez la emoción se alargó sobre el terreno.
La Cipressa, la subida que todos marcaban como clave para Pogacar fue precisamente eso: la rampa de lanzamiento, casi nueve minutos para una acción que antes se consideraba suicida, pero no para estos corredores.
Porque si en algún momento hemos visto un abismo entre unos pocos y el resto, ha sido hoy.
Una Milán-San Remo entre Pogacar, Van der Poel y Ganna, y luego, el resto.
Un hueco que se hizo insalvable ya en la Cipressa, con tres nombres marcados: el podio claro, y los perseguidores que nunca estuvieron a la vista.
Pogacar lo ha hecho todo bien: ha armado la estrategia adecuada, ha utilizado a Wellens y Narváez en la Cipressa, ha intentado desgastar a Van der Poel hasta la saciedad y ha atacado 1000 veces, pero la Milán-San Remo sigue resistiéndosele.
Creo que no soy el único que quiere verle ganar esta carrera algún año, pero claro, cuanto más tarde, más alimenta nuestra expectativa.
Así que, si aún no lo ha logrado, lo más probable es que tenga que redoblar la apuesta para el próximo año.
San Remo no es una obsesión para Pogacar, nos dijo Matxin, y le creo, con todo lo que ha ganado. Pero que aún le quede pendiente es una bendición para los aficionados y todas las cábalas en las que nos perdemos.
Hoy hemos visto algo importante, clave, diría yo.
Cuando Tadej Pogacar tiene rivales a la altura, como Mathieu Van der Poel, surgen carreras como ésta.
Por eso, aquí, en este mal anillado cuaderno, aplaudimos a personajes como Jonas Vingegaard o el mismo neerlandés, porque nos dan eso: días para el recuerdo.
La segunda Milán-San Remo que gana Van der Poel es histórica, por la pasión que nos ha brindado, por seguir subiendo en la lista de monumentos, pero sobre todo, por haber sublimado una carrera que es un carrerón, muy especial, sin duda la más increíble cuando todo se desata, como fue el caso.
Ciclismo
Roglic o Ayuso ¿Seguirá la Volta a Catalunya siendo eslovena?
El primer favorito de la Volta es Roglic, pero Juan Ayuso llega de dulce
La Volta Ciclista a Catalunya 2025, a empezar el lunes en Sant Feliu de Guíxols, celebrará su 104ª edición con una participación en la que destaca un ganador de la carrera como Primoz Roglic.
El esloveno va al frente de un pelotón de 168 ciclistas compartiendo cartel con Juan Ayuso, Adam Yates, Egan Bernal, Richard Carapaz, Mikel Landa, Enric Mas, y Nairo Quintana.
Ahí van un par de ganadores de esta carrera entre los 24 equipos para siete etapas, tres de ellas con final en La Molina, Montserrat y Queralt.
Hablamos de jornadas clave, con las novedades de la vuelta a la cima de Montserrat, treinta años después de ganar Laurent Jalabert, y la maravilla del Berguedà, una etapa sin duda diferencial.
Ciclismo
Milán-San Remo 1950, la última de una época
Bartali ganó la Milán-San Remo de 1950 que marcó un antes y un después en la historia de la ciudad de la Liguria
El 18 de marzo de 1950, Gino Bartali ganó por última vez la famosa Milán-San Remo, sin saber que esa victoria marcaría el final de una era.
San Remo, conocida por ser la ciudad de los ciclistas, había sido durante años el epicentro del ciclismo en Italia, con la Milán-San Remo como su gran evento anual.
Sin embargo, a pesar de contar con muchas otras festividades como la de la gastronomía o el pescado frito, ninguna alcanzaba la popularidad o permanencia de la famosa carrera ciclista.
En esos años, la Milán-San Remo era la segunda carrera más importante en Italia, solo superada por el Giro de Italia, y atraía miles de turistas, especialmente de la clase alta del norte de Italia, quienes disfrutaban del buen clima y la pesca fresca en la ciudad.
San Remo se había hecho un nombre como centro turístico, pero además de la carrera, la ciudad buscaba nuevas maneras de atraer visitantes durante todo el año.
Así nació la idea de organizar un festival de música, el cual debutó el 29 de enero de 1951.
Aunque en un principio se pensó que el festival sería un fracaso, lo cierto es que fue el inicio de una nueva era para la ciudad.
El ciclismo ya no era el único atractivo de San Remo .
Desde entonces, la ciudad se convirtió también en la capital de la canción italiana, y muchos ciclistas, como el francés Louison Bobet en 1951, llegaron a San Remo también como parte de esa nueva identidad musical.
El Festival de San Remo, con su creciente popularidad, terminó por consolidarse, convirtiéndose en un evento que perdura hasta hoy.
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