Ciclistas
#Top2016 Sagan escribe el ciclismo
Ahora mirad el año que estamos en capilla de despedir. Valorad pasajes, diferentes momentos, instantes efímeros que tenemos en la retina. como aquellos impresionistas que dibujaban en nebulosa porque plasmaban el recuerdo, no querían ser objetivos ni hacer un retrato fiel de la realidad. Plasmaban su recuerdo. Viajad al pasado inmediato y recordad lo que os sedujo, lo que os marcó. ¿A que Sagan está en casi todos estos recuerdos?
Pues sí. No es descabellado pensarlo así. ¿Qué gran momento no ha tenido al eslovaco en medio? Por ejemplo, la primavera. Ya no se entiende si él. Fue omnipresente. Por activa o pasiva, ganando o sin hacerlo. Su victoria en Wevelgem tras una escapa que él mismo armó, a 48 horas de ser batido por Kiatkwoski en Harelbeke. Carreras sublimes. Días después de caer en la Het Nieuwsblad frente a Van Avermaet, su verdugo particular, en Tirreno, en Canadá…
A Sagan se le exigía un monumento, ahí está Flandes, en un mano a mano tremendo contra los ases del día, contra Vanmarcke y Cancellara. Qué bonito, cómo soltó al primero cuando el otro les veía la final de la recta. Ciclismo decidido en segundos, en espacios tan reducidos como la superficie de un adoquín. Sagan no ganó Roubaix, si quiera no estuvo en la puja, pero ese salto, ese caballito por encima de Cancellara. Eso demuestra que este ciclismo se gana por fuerza y testiculina, pero también con un dominio excelso de la bici. Si alguien nació con una bici entre las piernas, ese fue nuestro hombre.
El hombre que es campeón del mundo de ruta y decide irse a los Juegos Olimpicos para correr la carrera de BTT. Nota pintoresca, color y luz en una carrera entre las de un millón. Atraverse en Río, con aquellos cracks es un tesoro, y Sagan conoce el camino para él. No se atrevió con el circuito brasileño, creo que podría haberlo hecho bien, pero sí con un Mundial que sinceramente, no veíamos a su medida: demasiado llano, muy monótono. Todo eso que dice odiar de la carretera, todo eso era el recorrido del mundial.
Para su regocijo, la selección belga hizo el trabajo sucio y levantó heridas incurables en el grupo. Los celestes hicieron el corte y Sagan estaba en él, porque Sagan es el corte, la escapada, la posicion perfecta, el tipo que unca pierde la rueda buena. Luego si eso gana a la mejor versión en años de Cavendish. Y lo gana al sprint, a él y a su amigo Tom Boonen, con quien demuestra una complicidad envidiable en estos tiempos de gran competitividad.
Y sí, Sagan es el corte, o ¿cuántos se perdió en el Tour? como el año pasado dejó muy pocas piezas sueltas, pero esta vez rompiendo ese techo de cristal que se le planteó años atrás. Sagan ganó de todas las formas, primero al sprint, en llegada en alto, mientras su compañero Contador andaba no sabemos dónde. Se caló el amarillo ese día. Luego protagonizó el corte con Froome, en el llano, entre rotondas y rectas llanas, llanas, llanas. Ahí donde nadie ve la oportunidad Sagan abre gas. Y luego en Berna, venciendo en casa de su “querido” Fabian, con buena parte de los rivales que antaño le daban jarabe.
Esto es Sagan, ahora mismo Ciclismo con mayúsculas. Y nos hemos dejado Suiza, California, Canadá,… No nos guía el forofismo, porque nunca nos ha valido. Nos guía el buen gusto, el amor por este deporte y ahora mismo querer a Sagan es querer al ciclismo.
Imagen tomada de FB de Le Tour
INFO
Lleva tu bici, pero no cargues con ella…
Ciclistas
Tirreno-Adriático: Juan Ayuso en hora y forma
Juan Ayuso puede añadir la Tirreno-Adriático a un inicio de 2025 inmejorable
No ganó de forma aplastante, quizá acostumbrados a ver exhibiciones brutales vestidas de UAE, pero la temporada de Juan Ayuso, hasta esta Tirreno-Adriático, está siendo de 10.
Los rivales los conocíamos, estaban marcados, incluso un Filippo Ganna, y eran buenos, Tom Pidcock, hiperactivo, Jai Hindley y el propio Mikel Landa.
Ninguno se lo puso fácil.
Pero Juan Ayuso, marcado desde la salida, vivo y con todas las opciones de cara a esta etapa reina, cumplió el pronóstico.
La etapa había arrancado muy movida, con Mathieu van der Poel atacando desde el kilómetro 0, lo que prometía emoción.
Después de un ritmo frenético, finalmente se escaparon ocho corredores: Gianni Vermeersch, Benjamin Thomas, Samuele Battistella, Jasper Stuyven, Chris Hamilton, Magnus Cort Nielsen, Andrea Vendrame y Andrea Pietrobon.
El pelotón no dejó que la fuga se distanciara demasiado, con equipos como Bahrain y UAE interesados en la etapa, ya que era la única montaña del Tirreno-Adriático.
La diferencia comenzó a reducirse en la subida final, donde primero Bahrain y luego UAE, excelso Del Todo, como el año pasado en esta misma carera, pusieron presión a Filippo Ganna.
Vendrame, que ya había ganado una etapa en esta carrera, se lanzó en solitario con 5 kilómetros para la meta. En esa misma subida, Ganna fue descolgado del grupo por Isaac del Toro, quien, como decimos, impuso un ritmo muy duro.
Poco después, Ayuso atacó y, tras él, se unieron Pidcock y Hindley.
Mikel Landa logró conectar con ellos, pero Ayuso no dejó de atacar. En los últimos 3 kilómetros, el español lanzó varios ataques hasta dejar atrás a sus rivales.
Fue una gran demostración de madurez de Ayuso, quien, pese a la presión y las expectativas sobre sus hombros, controló la situación y ganó con autoridad.
Pidcock fue segundo y Hindley tercero, y no se lo pusieron fácil.
Imagen: FB TirrenoAdriatico
Ciclismo
La caída y abandono de Vingegaard son una muy mala noticia
Ciclistas
La seguridad le quita el sueño a Vingegaard
La caída de Itzulia ha disparado los temores de Vingegaard sobre la seguridad
Para Jonas Vingegaard el accidente de la pasada Itzulia puede ser un antes y un después, lo admitió en su día y ahora lo refleja cada vez que habla de seguridad en el ciclismo.
Ciclistas
Jasper Philipsen va para MVP
Hay pocos ciclistas más valiosos que Jasper Philipsen
Podríamos decir que Jasper Philipsen aún no está en la mesa de los grandes, pero sin duda es uno de los ciclistas que más se acerca a reclamar su lugar.
Hoy en día, Philipsen es uno de los corredores más valiosos del pelotón, no solo porque tiene el nivel para competir y no desentonar al lado de ciclistas como Mathieu van der Poel, sino también porque ha demostrado ser capaz de asumir el mando en momentos cruciales y decidir las carreras a su favor cuando la situación lo requiere.
En las últimas temporadas, el belga ha dejado huella, especialmente con sus victorias en el Tour de Francia y en la Milano-San Remo.
Además, sus dos segundos puestos en el París-Roubaix resaltan la consistencia y el nivel de sus actuaciones.
Es impresionante la cantidad de victorias que ha logrado, muchas de ellas de gran calidad.
Su capacidad para adaptarse y brillar en diferentes escenarios lo ha consolidado como uno de los referentes del pelotón.
Es cierto que a veces se le ha señalado por su actitud algo «mafiosa», como aquella vez en el Tour de Francia, cuando mostró una ambición y control casi abusivos dentro del pelotón. Sin embargo, no se puede negar que Philipsen ha evolucionado hasta convertirse en un ciclista indispensable en la actualidad, un verdadero diferenciador en la carretera.
Su presencia, por ejemplo, ha elevado el nivel de su equipo, Alpecin, y le ha dado a la formación una dimensión competitiva que rivaliza con los grandes equipos.
Mientras que a Van der Poel no se le conoce tanto por sacrificarse por un compañero, Philipsen ha demostrado ser un corredor por quien Mathieu pone el equipo por delante cuando es necesario.
Además de su talento, Philipsen destaca por el buen ambiente que transmite en el pelotón, manteniendo una buena relación con otras grandes estrellas, como Tadej Pogacar y Michael Matthews.
A pesar de sus momentos de tensión, su carácter competitivo y su espíritu de equipo han sido clave para consolidarlo como uno de los ciclistas más completos.
En cuanto a su evolución como sprinter, Philipsen ha dejado atrás las críticas que alguna vez recibió, como cuando nuestro querido Adrián García lo apodaba «Jasper Disaster».
Hoy es uno de los sprinters más letales, habiendo superado las 50 victorias, muchas de ellas de gran nivel, como las nueve etapas del Tour de Francia y varias etapas en la Vuelta a España. Además, su victoria en Kuurne-Bruxelles-Kuurne este año ha sido una clara señal de su potencial, demostrando a Visma que en Alpecin tienen un rival formidable.
No solo es un hombre de victorias en el sprint, sino también un corredor versátil.
La victoria en el Gran Premio de Escalda de hace dos años, donde brilló rodando de manera sublime sobre los adoquines, lo consolidó como un gran especialista en terrenos difíciles, donde se mostró eficiente y competitivo, conectando con otros velocistas belgas que también dominaban las piedras.
Hoy, la presencia de Philipsen es uno de los principales alicientes para poner en aprietos a Pogacar en la Milan-San Remo.
Como es bien sabido, si Van der Poel no logra romper la carrera, Philipsen será uno de los hombres clave.
Este 2025 ya ha comenzado a demostrar cómo puede hacerle daño al mejor ciclista del mundo, reafirmando que está preparado para luchar por los títulos más prestigiosos.
Imagen: A.S.O.
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