Peter Sagan
Peter Sagan es el espejo de la chavalada que viene
El Sagan que corre en la Volta es un ciclista de perfil más bajo
La Volta a Catalunya nos hace llegar la nota que Peter Sagan tomará la salida la semana que viene en Calella.
Creo, si no me equivoco, que es la primera vez que Sagan corre la Volta, siempre tan a desmano, con las clásicas belgas en la misma semana, tras San Remo y las «majors» del adoquín en el horizonte.
Es curioso el calendario inminente de Sagan para estas semanas: finalizada la Tirreno, irá a San Remo, luego Volta y directo a Flandes y Roubaix.
No estuvo en la apertura de las clásicas por su confinamiento gran canario, ni tampoco en Strade, mientras que en Tirreno corrió muy lejos de los mejores.
Sagan, como Van Avermaet, Stybar, Geraint y todos estos eran los capos de la primavera no hace tanto, hace cinco años, incluso menos, y hoy ven como la chavalería les ha adelantado por izquierda y derecha.
Conviene no olvidar que el copo al que han sometido Van der Poel, Van Aert y Alaphilippe la Tirreno, también antes la Strade, y supongo que las que hayan de venir, tuvo sus antecedentes, con matices claro, no hace tanto tiempo Peter Sagan se iba de cada vuelta en la que tomaba parte con tres o cuatro triunfos.
Hubo ediciones de carreras como California o Suiza en las que casi no dejó ni las migajas.
Aquello hoy lo vemos lejos, pero ocurrió, como las famosas celebraciones de Sagan en las primeras etapas que ganaba en el Tour, aquellas que tanto mosqueaban a Fabian Cancellara.
Celebraciones que se sostuvieron en el tiempo.
Hoy lo hacen Van der Poel y compañía, pero antes lo hicieron otros, y en el futuro habrá nuevos candidatos, es la rueda inexorable del ciclismo y del paso del tiempo.
Muchos se preguntan hasta dónde pueden llegar estos prodigios que hoy emergen en el ciclismo, hasta dónde les dará el tiro ante el ritmo infernal que imprimen en cada carrera en la que toman parte.
Peter Sagan es un buen espejo para todos ellos, pues empezó a ganar muy joven y se ha mantenido en el candelero diez años, cosa nada sencilla, en este ciclismo en el que el resultado se amortiza al segundo.
El mismo Sagan que veremos en la Volta, con un perfil mucho más bajo de lo acostumbrado, ha tenido que lidiar con mil situaciones y dudas sobre su rendimiento y resultados, recordad en 2015, con Tinkov echándole el aliento en el cogote y jugándolo todo a una carta en el primero de los tres mundiales que ganó.
Jugar en el alambre es algo muy habitual en las superestrellas, estar cuestionado y al día siguiente pasear por el cielo de los halagos es algo que Sagan tiene por la mano.
Con 31 años recién cumplidos está de vuelta de todo, tiene suculentos contratos que le garantizan la vida a posteriori del ciclismo y un palmarés exclusivo, con registros que le hacen único, esos tres mundiales consecutivos, desconozco si quiere seguir exprimiendo el limón o no, pero ver lo que haga nos llena de curiosidad, pues su camino puede ser el que los prodigios del presente un día quizá tomen.
Peter Sagan
Peter Sagan, el ciclista perezoso
Si a Sagan le hubiera gustado la carretera podría haber sido más grande aún
A Peter Sagan le recordaremos por los tres mundiales seguidos, por las etapas en el Tour, por su carisma, atractivo y magnetismo.
Pero no sería justo sólo basarse en lo deportivo para valorarlo.
He visto a Peter Sagan en esos reportajes que Eurosport está dedicando al camino de varios atletas a los Juegos Olímpicos de París.
Como sabéis el eslovaco entra en la carrera por la prueba de MTB, prueba en la que no tengo claro si tiene ya plaza ganada.
Recordaréis, ya estuvo en Río y no duró mucho tras una salida «estelar».
En el reportaje más allá de las palabras para París y esas cosas, me quedo con su desdén casi patológico ante el ciclismo de carretera.
Y digo patológico porque lo ha repetido varias, incluso cuando competía.
No le gustaba, admitió que se aburría someramente, que el MTB era lo suyo pero claro, la pasta estaba en la carretera.
Quizá por eso nos enamoró con esa forma de ser y correr, un elemento diferente en el pelotón, que ganaba como sin querer y celebrando de una forma que cabreó al mismísimo Cancellara, quien dijo clarito que si él no ganaba un monumento, lucharía para que Sagan tampoco lo lograra.
Menudo enemigo.
A Peter Sagan le recuerdo campañas de primavera en las que se pasó escapado casi el 90% de la misma, anticipando las carreras desde adelante, sumando Flandes y Roubaix a su causa.
Una forma de hacer que quizá hoy entendamos mejor con todas estas reflexiones, igual que su comodidad en una carrera como la Vuelta a California, donde rendía a satisfacción en la carrera menos europea del calendario.
Dice que fue ciclista de carretera por su hermano y que le ha dolido no poder compaginarlo con el MTB.
Estaba sin saberlo en la antesala de un ciclismo mucho más global, que toca varios palos y en el que todo suma y cuenta.
Ahora bien, 121 victorias ¿cuántos presentan ese currículo?
Menos mal que se aburría.
Peter Sagan
Los 5 momentos que describen a Sagan como el ciclista de la década
Peter Sagan fue el adalid del show en épocas de ciclismo muy aburrido
No por repetido dejo de recordarlo, y horas después de su retirada me ha apetecido recordar cinco instantes que ponen a Sagan como el papá del show, el hombre que creó el espectáculo de cero en medio de ciclismo que no recuerdo como el más bonito.
Acostumbrados a la generación actual, no hace tanto ver un Tour potable estaba en manos de los «secundarios», ciclistas que te hacían maravillas en cualquier etapa, dejando en el recuerdo secuencias que envejecen muy bien.
Imágenes como aquel Sagan incipiente que en el aburridísimo Tour de Wiggins, imitando a Forrest Gump para cabreo de Cancellara o poniendo brillo en las ediciones de Froome, más allá del control abrumador del Team Sky.
Esos días Peter Sagan creo que se distinguió como el ciclista más brillante, inspirador e influyente de su época, más allá de un cuatro veces ganador del Tour y de otras estrellas rutilantes.
Los 5 momentos + top de Peter Sagan
El corte final en Montpellier
De los cuatro Tours que ganó Froome, creo que el de 2016 fue el más tedioso con diferencia, una carrera en la que no mostró fisura alguna, ni siquiera en las etapas de relleno.
En una rotonda, camino de Monpellier, Froome y Sagan se encuentran en un corte mínimo acompañados de Maciej Bodnar, en gran amigo de Sagan, y Geraint Thomas.
Se trata de una jornada de transición hacia el Ventoux, pero los cuatro abren gas y se plantan en meta con victoria del eslovaco, capaz de reventar e ir hasta el final en su apuesta contra el pelotón.
La llegada de Córdoba en la Vuelta
La bajada hacia Córdoba en la Vuelta 2011 se hace tan a cuchillo que delante quedan cuatro Liquigas, con Agnoli, Cappecchi y Nibali, junto a Sagan y Pablo Lastras.
Cuatro del mismo equipo contra Lastras.
En los relevos los verdes entran con todo al punto que el de Movistar les pone en jaque en la llegada.
Nibali, lento como pocos en un sprint en grupo, no llega al nivel del madrileño, mira a Sagan y éste remata la etapa como los grandes.
El eslovaco no era el monstruo en el que se iba a convertir, pero ya marcaba territorio.
La victoria en Flandes
Aunque estuvo ahí llamando a la puerta de muchos monumentos, a Sagan las cuentas le dieron para ganar «sólo» dos.
El primer de ellos un Flandes corrido a mil por hora en el que fue el más listo por filtrarse en el corte bueno con Kwiatkowski y sacarle los colores a Vanmarcke en el Paterberg con una arrancada in extremis pues Cancellara avisaba por detrás.
El rodar en solitario de Sagan hasta la meta de Oudenaarde redondeó una jornada en la que su arcoíris brilló como nunca.
Tiros al poste en San Remo
No siempre tuvo que ganar Sagan para acabar dejándonos sin respiración.
Aquel final de San Remo 2017 tan eléctrico y ajustado con su archirival Kwiatkowski nos dejó del revés el sofá con un sprint final que, lo veis en la imagen, no pudo ser más brutal.
Sagan nunca pudo ganar San Remo, pero fue la rueda clave en la recta final de Poggio hasta que la nueva generación irrumpió marcando el camino a la victoria de no pocos.
En la Tirreno, bajo el diluvio
Entre las muchas etapas que Sagan ganó en vueltas tipo Tirreno, desde Suiza a California, recuerdo aquella famosa etapa en la que Vincenzo Nibali le quitó el maillot azul a Chris Froome bajo el diluvió.
En una cota imposible, Nibali arrancó y se fue en solitario con Sagan y Purito a rueda, entre cortinas de agua y una oscuridad en ciernes.
Los tres hicieron camino hasta que Sagan dio cuenta de ambos en la recta de Port Sant´Elpidio…
De eso hace más de diez años, días en los que Sagan se construyó el áurea a ciclista más incluyente y trascendente de su tiempo, un rockstar que nos hizo disfrutar como pocos en años en los que el ciclismo cayó en la trampa del control y previsibilidad.
Ciclismo
Sagan en 5 esenciales
Peter Sagan ha sido el ciclista más luminoso de la anterior década
Olfato para las fugas
Peter Sagan
Espero que Peter Sagan no sea un juguete roto
Peter Sagan transmite la sensación de haber dejado el ciclismo hace tiempo
Hace diez años, incluso menos, cinco o seis, Peter Sagan fue la luz del Tour de Francia, un brillo intenso y sostenido de la mano de uno de los mejores ciclistas de su generación, tricampeón del mundo, siempre entre las miradas, siempre delante.
Sagan ha sido un porfiador nato cuando el ciclismo parecía no dar más de sí, un ejemplo de eso que el otro día comentábamos con Andrey Amador, un campeón precoz y prematuro, sobreexpuesto y quemado antes de lo esperado.
Amador no descarta que con esa clase se rebañe un par de etapas en el Tour, complicado, mucho, si alguien es capaz, puede ser él.
Dejará el ciclismo con poco más de 30 años, porque el aburre.
En vísperas de la salida del Tour, emerge la noticia que Peter Sagan ha sido cazado positivo en un control de alcoholemia.
Quizás alguien debería de hacer algo para que Peter Sagan no siga metiéndose en "líos"…https://t.co/mG1ecNTEp1
— iberobike (@iberobike) June 28, 2023
Todo sucedió en mayo, pero la noticia sale ahora, ¿el motivo? como siempre suele suceder en estos casos no suele ser bueno.
Y quizá me esté mojando mucho por un tipo que posiblemente esté ya en otra cosa, desconectado de su oficio, viviendo lo que será el afterwork de una carrera existosa como pocas.
Me ha dolido leer, por eso, que el eslovaco es un «juguete roto», ojo que eso es grave
Peter Sagan ha sido cazado en ésta y en otra similar hace un par de años, con trifulca sumada con el agente de tráfico.
Que un ciclista sea pillado a bordo de un vehículo ebrio es para que nos explote la cabeza y denota que las cosas no marchan bien.
La sobreexposición que comentaba antes, Sagan era Dios no hace tanto, era objeto de alabanzas, casi reverencias por parte de público, marcas y prensa, no puede ser fácil de gestionar.
A veces pienso en VDP, Evenepoel, al que le va mucho el rollo, en Pogacar,.. y cuán tienen los pies en el suelo para solventar esta montaña rusa.
En unos meses Peter Sagan será excicilsta, en este Tour veremos sus últimas apariciones en una carrera en la que acapara récords y muchos éxitos.
Espero que su retirada siga los cánones y no dé alpiste a quienes le etiquetan de «roto», de juguete roto.
No se lo merece un tipo que nos dio gloria y vidilla durante tanto tiempo, aunque sólo le hayamos pillado cariño por eso.
https://www.ivoox.com/esta-acabado-peter-sagan-audios-mp3_rf_77904979_1.html
Los que se definen «saganistas» esperan un último servicio, el Tour es la pieza central del último show, en la lucha directa contra los monstruos no lo veo, que sepa buscarse la vida, es otra cosa, su querido rival Matthews le demuestra que es posible.
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