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Me niego a pensar que Dumoulin esté amortizado

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La baja de Tom Dumoulin es un golpe bajo en la estrategia de Jumbo

En la charla final de 2020, entre nuestros compañeros Antonio Alix y Borja Cuadrado, surgió una reflexión de éste último sobre Tom Dumoulin: «Creo que es demasiado buen tío y no se impone en el equipo. No sé si le volveremos a ver ganar una gran vuelta«.

Aquello dolió, aunque, sin saberlo, fue el anticipo de lo que ha sucedido este sábado de enero.

En su anuncio de hacerse al lado, de dejar el ciclismo un tiempo ,creo que hay muchas lecturas, tantas como aficionados, pero para nosotros al final es la consecuencia de ser coherente.

Aunque lo olvidemos con frecuencia, el ciclismo es como la vida, no es una cosa aparte y cerrada, en él pululan personas, y éstas si no están bien, acabarán no rindiendo.

Es tan sencillo como que la mejor manera de estar a buenas con los demás empieza por estar bien con uno mismo

En su discurso abundan las referencias a los aficionados y a lo que esperaban de él: el gran ciclista holandés.

Sin duda que Tom Dumoulin no ha estado donde le ubicábamos hace tan sólo dos años,  aunque nos resistimos a creerle amortizado.

Otra vez, los condicionantes para Dumoulin se alinean y todos en contra

Hay momentos que marcan, instantes de duda que cambian la suerte de toda una trayectoria.

Para Dumoulin, así viene siendo desde que vacilara fatalmente en aquella subida a Finestre, cuando no quiso salir a la rueda de Chris Froome, directo a la gloria del Giro.

Desde entonces, que si la pinza de Sky en el Tour, que si la caída en el Giro del año siguiente, hablamos de 2019, que si una truculenta salida del Sunweb, que si Roglic le toma la delantera en Jumbo…

Así viene siendo desde hace dos años y medio y mientras el tiempo sigue pasando, nuevos rivales van emergiendo, la gente exige y los resultados no llegan.

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Haciéndose Dumoulin a un lado, Jumbo recibe una pésima noticia

El neerlandés ya tenía incluso hasta calendario, había anunciado su vuelta a los adoquines de Flandes y apuntar al Tour de Francia.

A ambas va como verso libre, si a Flandes se le anuncia como segundo de Van Aert, para el Tour ocurre lo mismo con Roglic.

En ambos casos ir de tapado podía ser la clave para que retome el camino que intuimos cuando ganó todo un Giro de Italia, corriendo panza arriba por todas las montañas del norte de la bota y ante los mejores escaladores.

Ahora se le anuncian recorridos mucho más favorables, como el del Tour, con esas cronos en las que puede limar los segundos que deberá defender en subidas que, según se plantea el Tour, se hacen al ritmo y tempo que a él ya le va bien.

Si volviera, Tom debería propinar un golpe en la mesa en Jumbo.

No creo que Dumoulin quisiera volver a ser parte del cortejo que lleva a un tercero, dígase Pogacar, hasta el amarillo de París.

A veces no es cuestión de ser eslabón del engranaje más poderoso de la mejor carrera y sí poner en valor otras estrategias, y si Jumbo piensa en otro que no sea Roglic, habría de ser Dumoulin.

El neerlandés, de la generación de Mikel Landa, está al borde del abismo, de lo que haga este 2021 depende que se le recuerde como un efímero ganador de una gran vuelta o un coleccionista de grandes triunfos.

Ahora todo está en suspenso, primero es la persona, y Dumoulin debe estar bien consigo mismo para dar lo mejor a los demás.

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