Noticias de ciclismo
Lieja-Bastogne-Lieja: Pogacar sopla las velas de Valverde
Pogacar podrá decir que ganó una Lieja delante de Valverde
Cuando el año pasado, en la Lieja de octubre, Julian Alaphilippe hizo el tonto más de lo recomendado en el desenlace de la decana, Tadej Pogacar hizo un gesto de queja ante los devaneos del francés.
No ganó Tadej, tampoco Hirschi, ni siquiera Alaphilippe, la victoria fue para Roglic.
Meses después, la Lieja que siguió a la edición aplazada por la pandemia, llegaba en circunstancias similares y Tadej Pogacar no perdonó.
A saber, Lieja continúa en manos eslovenas, pero esta vez la cosa tiene una miga, un meollo diferente, por que era imposible no mirar a Valverde ni desearle la mejor de las suertes.
Como siempre la Lieja-Bastogne-Lieja entró en su zona roja en esa recta por medio del bosque, despoblada de púbico para la ocasión, llamada La Reoudte.
En su corona, los Ineos dieron primero.
Sin un líder claro, pero con peligrosas avispas en su ocho, hicieron daño para acabar lanzando a Richard Carapaz.
No le sentó bien una situación que le parecía proclive, pero su intento minó alguna gente que teníamos como grandes favoritos.
En la Roca de los Halcones, Roche-aux-Faucons, quedaron varias cosas patentes, justo antes de la misma la ayuda de Carlos Verona se reveló la importancia del equipo, como clave para que alguien opte a ganar esta carrera, y durante la misma emergió la figura de Tadej Pogacar, con unas ganas tremendas de abrir fuego, rodando como los ángeles.
Luego vino el corte, selección natural pura y dura.
Un corte en el que estaba quien soplaba las velas de su 41 cumpleaños, Alejandro Valverde, eterno, sin fisuras, como en los mejores años
Pensamos que podía ser posible, pero no.
260 kilómetros y mil batallas después situaron a Valverde a un paso del podio, ese mágico 5-3-¿? de Amstel-Flecha y Lieja no se plasmó en la progresión soñada, pero qué queréis que os diga, que Valverde esté compitiendo a estas alturas, con esta gente, es un auténtico privilegio.
Una cosa que podemos tener la certeza que posiblemente nunca volvamos a ver.
Hemos sido críticos
Hemos cuestionado sus decisiones
Hemos pensado lo mejor para él
Pero Valverde, ver a Valverde ahí, delante, yendo a soplar las velas de su 41 cumpleaños, es un privilegio que seguramente nunca más podamos contar #LBL2021— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 25, 2021
Valverde aguantó con Woods, el detonante del corte en Roche-aux-Faucons, pero también con Gaudu, Alaphilippe y Pogacar, casi nada.
Era cinco de la Lieja que quiso Valverde lanzar en el sprint final, como en Innsbruck, para acabar claudicando ante corredores que viven hoy los momentos que él lleva casi dos décadas saboreando.
Y esa es la realidad, la enormidad de un ciclista que, incluso siendo quinto, da sombra al resto, incluido este esloveno mágico llamado Tadej Pogacar que alarga sin remisión el dulce momento de un vueltómano con Lieja, la clásica que aglutina toda suerte de ciclistas y estrellas.
Noticias de ciclismo
El pique que no existió entre Evenepoel y Hirschi
A Evenepoel le miramos todo con lupa, hasta si tiró a Hirschi
yo, en primera persona, he sido muchas veces crítico con Remco Evenepoel, le he buscado las mil vueltas a su actitud, a su forma de hacer y expresarse en carrera, cuando gana, cuando pierde, el de la tricolor belga lo tenemos siempre en el foco, que si se estampa en la meta de Andorra, que si la crono por equipos de Barcelona, que si sus celebraciones sobradas, que si tiró queriendo a Marc Hirschi en Lombardía.
Esto último, que es lo que implica el artículo, me parece una animalada justificarlo y querer leerlo así.
Voy de inicio y directo, yo creo que Remco Evenepoel no provoca la caída de Marc Hirschi, y digo no provoca, porque he leído a más de uno diciendo directamente que lo tira.
La secuencia es muy conocida, por producirse con el belga, quien ve la carrera volar hacia los de adelante pero no ceja en el empeño de persecución por mucho que esté a más de diez de meta con un minuto de pérdida.
Se pone al frente de su grupo, le da gas y mira para atrás esperando el relevo hasta que ve… un compañero de los adelante para comprender que su empeño no va a ser continuado, incluso entrando un compañero a relevo acto seguido.
Evenepoel se abre y Hirschi con él, Remco va en velocidad descendente y el suizo hace el afilador, eso es lo que veo, pero es que incluso, aunque toque algo el freno, el marcaje del helvético era tan pegajoso que le quitaba margen de maniobra, como así sucedió.
Digo todo esto porque fue lo que vi, Remco se abre mosqueado y el otro sencillamente no puede maniobrar bien.
La caída es tan tonta como inadvertida a los ojos de los protagonistas.
No he visto un UAE quejándose, ni si quiera en la crónica de la carrera, donde se centran en la victoria de Pogacar y, como complemento, en la sexta plaza de Adam Yates.
Tampoco leo nada en redes, Hirschi hace casi un año que no actualiza su twitter, ni en el perfil de Remco, que comenta la carrera y leo reproches de los aficionados.
Esa es la realidad, la vara de medir en todo esto, y no estos tweets que ponen la duda sobre la actitud de Remco que será muchas cosas, pero antideportivo nunca lo he considerado.
Las Cositas del Niño https://t.co/TNQPm5Ta1C
— David Etxebarria (@tatxu73) October 8, 2023
No me lo pareció en directo pero feísimo esto https://t.co/zKMxddlLOL
— El Rey del pancartazo (@pancartazos) October 8, 2023
Lo que el belga hace y su forma de pedir relevos en alguna ocasión ya lo sabemos todos, y lo hemos comentado, pero aquí se la tenía que envainar con el suizo haciendo su trabajo de lastre y contrapeso.
Creo que al final las cosas son más sencillas de lo que queremos ver o pensar y que esta gente sabe perfectamente que un mal paso dentro del pelotón, como el provocar la caída de un compañero/rival, te puede costar un estigma de por vida.
Imagen: FB Il Lombardia
Noticias de ciclismo
Pogacar en Lombardía: su mejor victoria de siempre
Este éxito en Lombardía está muy alto en la vitrina de Pogacar
Muchos me dirán, ya está el fanboy de Pogacar perdiendo el oremus, sacando toda la artillería, con su esloveno tras ganar, no, arrasar en Lombardía.
Pero me es indiferente, lo de hoy, lo de hace un rato, es para mí el mejor día que le he visto a Tadej Pogacar.
Quizá no sea su triunfo más abrumador, no lo es, recuerdo unos cuantos brutales desde aquella tarde en Gredos, Vuelta 2019.
Pero hoy, en Lombardía hay que darle nota, notaza a Tadej Pogacar, en una exhibición de arriba abajo, en todos los sentidos, una completa actuación que para mi se pone la primera de su nutrida lista de grandes éxitos.
Sacó partido además a una situación inédita para él, mayoría sobre los Jumbo, con un Adam Yates que no podía haberle resultado mejor a UAE, sumado a la ingenua generosidad de Vlasov, curiosamente compi de Roglic en unas semanas.
Pero no fue sólo eso, fue tomar el mando táctico y físico de la carrera, fue decantar la competición paso a paso en cada giro, en cada cuesta, ante un rival que imponía como pocos.
Un rival llamado Primoz Roglic.
Con Evenepoel, perjudicado por una caída, el tema quedó entre eslovenos y unos cuantos más, entre ellos Carlos Rodríguez que es un jefazo donde se ponga aunque le pueda incomodar
Pero Pogacar, en Lombardía, con algo de distancia, es un ciclista que no se reconoce, que no se amilana, que se crece y revienta todo.
Poco le importaba que la cima definitiva estuviera a más de treinta de meta, abre gas y adiós.
Qué forma de rodar, qué hambre infinita, qué clase, qué ambición, el gran Pogacar no se vino abajo en una rodada que tuvo zozobra con esos calambres que vinieron y se fueron como por arte de magia, y eso que su culotte negro tenía buenas manchas blancas.
¿El mejor triunfo de Pogacar?
Pogacar va camino del que consideraría su mejor triunfo de siempre #ILombardia
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) October 7, 2023
Para mí sí, incluso delante de Flandes.
El esloveno llegó con muchas dudas y una campaña que no se había dado como él habría querido, con algunas derrotas recientes y una que resulta tan lejana como dolorosa.
Pero este ciclista se toma el oficio como la vida, con todo y sin vacilar, buscando la excelcncia en todo lo que hace y toca.
Ojalá, nunca cambie.
Ciclismo
El 2023 de Jumbo va a ser imposible de mejorar
El balance del año para Jumbo comprende triunfos en todos los escenarios.
Rizar el rizo, llevar el ciclismo un punto más allá, un punto de excelencia recorre el balance del año en curso en caso del Jumbo Visma.
Denostados muchas veces, pero casa de tipos que caen bien como Van Aert, Kuss y Roglic, las avispas del pelotón ha logrado cuajar una temporada tan brutal que, sinceramente, no me vienen a la mente temporadas tan potentes y completas.
Jumbo Visma ha planteado el año 2023 para dominar en todos los terrenos, acudiendo a cada carrera con la idea ya no sólo de ganar, también de copar el podio.
Lo han logrado en la Vuelta, pero también en otros momentos de la campaña, con dos o tres amarillos en el cajón, sea una etapa, o una general, tanto da.
Su dominio es estadísticamente brutal, pero en la carretera llega a desesperar a los rivales.
Ahí está la Vuelta, con todas las etapas importantes y emblemáticas bloqueadas hasta la misma subida final para que lucimiento y triunfo de uno de sus capos.
Un dominio que se plasma en este listado, con 62 victorias desde la que firmara Rohan Dennis en Australia, en el Down Under, hace ya meses.
El listado de éxitos es innegablemente monstruoso.
Empezaríamos mejor hablando de las carencias de ese listado: llama la atención la ausencia de triunfos en las clásicas y eso que no llevaban malos rosters.
Ganar en primavera han ganado, especialmente Van Baarle en Het Nieuwsblad, Van Aert en Harelbeke y Laporte en la Gante-Wevelgem.
Son tres triunfos, pero ninguno en un monumento.
Y no lo digo en plan reproche, es que llama la atención ese vacío si lo ponemos negro sobre blanco con el balance de Jumbo en las vueltas por etapas.
A las tres grandes, cosa que yo nunca he visto, sumadle Volta, Tirreno, Dauphiné e Itzulia, si nos ceñimos al World Tour,
Brutal, sencillamente irrepetible en mi opinión, han sacado y rematado el córner, han puesto el listón muy alto, no sólo han tenido medios, los han ejecutado a la perfección.
Mis dieses…
Imagen: Sprint Cycling Agency
Noticias de ciclismo
Jumbo en la Vuelta: tres tácticas en tres días
Lo de esta Vuelta es tan nuevo que ha excedido al propio Jumbo
No tiene que ser nada sencillo, de hecho lo que el Jumbo está protagonizando en la Vuelta es inédito en la historia del ciclismo.
Tres ciclistas en lo más alto de la general, en el puñado de sesenta segundos, tras haberse repartido las etapas más jugosas de la carrera y sus compañeros haber cargado con el peso de la carrera.
Todo esto llega en un contexto en el que los tres protagonistas trenzan sus su suerte en mil escenarios, y no de ahora, de hace mucho tiempo.
La situación, como veis, es tan envenenada como compleja, gestión de egos, grandes estrellas en su deporte, ganadores natos y por medio un chaval que ha vestido de rojo casi toda la carrera y resultado clave en los éxitos de sus dos compañeros.
Las etapas cántabra y asturianas de la Vuelta, tres en total, han significado otros tantos cambios en el planteamiento del equipo de las avispas.
Tres cambios de táctica en tres días
Si el miércoles, descubrieron, ellos solos la debilidad del líder Kuss y pusieron a Vingegaard en órbita, el jueves se evidenció eso de que la carretera dictaría suerte y hoy,,, lo que podríamos denominar «pax Jumbo».
Esta vez no hubo sustos, ni ritmo infernal por detrás, se estimó que los costes de una guerra intestina podrían ser muy duros de arreglar en el medio y largo plazo.
Se ha transmitido la sensación de paz latente, concordia entre los líderes y la confirmación que Sepp Kuss va a ganar por méritos propios, no porque le ataquen y luego le esperen.
Todo bien tramado y mejor calculado.
Una decisión que, vuelvo sobre lo mismo, mantiene la estructura del éxito fuerte para el año que viene,
La guerra fría entre Vingegaard y Roglic tiene ahora un mediador de lujo, el premiado Sepp Kuss, quien si pasa la prueba del Escorial va a ganar una Vuelta a España, sin que tengamos la sensación de regalo.
Hablamos de un premio tan merecido por el corredor como deseado por la gente, un botín enorme, brutal que ilumina un palmarés sacrificado para los demás.
Sepp Kuss, el mismo que nos dijo hace un tiempo que para ganar una grande había que tener una consistencia que él no se veía, tiene la Vuelta a España a tocar.
Si en el Angliru veíamos la sentencia sobre su cabeza, la Cruz de Linares le ha devuelto lo que lleva tres semanas trabajando, un éxito para cambiar una trayectoria deportiva.
Imagen: UNIPUBLIC / SPRINT CYCLING AGENCY
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