Ciclismo antiguo
El legado tangible de Juan Antonio Flecha
El adoquín tiene un antes y un después con Juan Antonio Flecha
El otro día en la retransmisión a tres del Tour de Flandes, Javier Ares adulaba con Alberto Contador a Juan Antonio Flecha, de los tes el que más tiempo lleva en este menester.
Coincidían Ares y Contador en el papel de Juan Antonio Flecha en la divulgación de la «cultura del adoquín» a este lado de los Pirineos.
Y no podemos estar más de acuerdo.
Recuerdo esos días que Flecha estaba ya en la prórroga de su carrera deportiva, bastante larga por cierto, unos quince años más o menos, y le preguntábamos por su palmarés y cómo se tomaría dejar el ciclismo sin un Flandes o un Roubaix.
«Pues qué le voy a hacer…»
Flecha se resignaba en cierto modo y dibujaba la complejidad de afrontar estas carreras, cuanto si más ganarlas.
Se le veía tranquilo con lo logrado, que no fue poco, un serial de resultados que en Roubaix fue realmente bueno en lo numérico, y no sólo en lo numérico, porque su legado va más allá.
Juan Antonio Flecha convivió con dos grandes como Boonen y Cancellara
Quienes vimos la presentación, nudo y desenlace de la carrera de Juan Antonio Flecha en las grandes clásicas nunca le podremos olvidar.
Nos gustaría más o menos su forma de correr, excesivamente generosa, pero es que le tocó lidiar con dos de los grandes de siempre, Fabian Cancellara y Tom Boonen y no sólo ello, con toda su guardia, con los Devolder, O´Grady y compañía.
Sin embargo, con Juan Antonio Flecha hay un icono que va más allá de su palmarés.
Hay un tipo que ha generado admiración por donde pasa por sus años en vanguardia de las mejores carreras.
Ahora que nos lo preguntamos mucho, ha trascendido, y sin ganar una «major».
Tiene un intangible de lucha, entrega e incondicionalidad que sostenida en el tiempo le ha valido la admiración, incluso por delante de corredores que sí han ganado estas carreras.
Porque hoy, yo creo que se reconoce y se valora más la trayectoria de Flecha que corredores como Nick Nuyens o Johan Van Summeren, por citar dos, que sí ganaron Flandes y Roubaix, respectivamente, y sin embargo no son nombres de primera mano cuando se habla de estas carreras.
García Cortina sigue el camino
Y con Flecha y su herencia, está la explosión de Iván García Cortina, primero en el Kapelmuur, igualándose a esos corredores que un día pasaron por delante de mitos como el Galibier o el Tourmalet.
???????? #RVV18
4⃣5⃣ Km to go
➡️ @ivan_cortina has been dropped but he deserves a big round of applause for his De Ronde so far! pic.twitter.com/CMCTRchmKv— Team Bahrain Victorious (@BHRVictorious) April 1, 2018
El domingo García Cortina marcó un antes y un después, un paseíllo por los rincones de Flandes, mostrando el dorsal y su cara, gesto adusto y amor por estas carreras.
Salvo Flandes, el gijonés no ha tenido una primavera fácil, desde la primera avería en la Het Niuewsblad, ha encadenado percances que frustran en el corto plazo, pero curten en el largo.
No sé cómo Juan Antonio Flecha ha influido en el «amor clásico» de García Cortina, pero ambos ponen el pie en terrenos inhóspitos para el ciclismo español, dan fondo de armario y en algún momento nos regalan momentos de esos que sólo vienen con el efluvio de la primavera.
Imagen: Foroactivo