Ciclistas
El cariño por Íñigo Elósegui está justificado
Pocos ciclistas demuestran las inquietudes de Íñigo Elósegui
El fichaje de Íñigo Elósegui por el Kern Pharma ha puesto final a la zozobra de muchos aficionados sobre el futuro del vizcaíno, toda vez veíamos que el Movistar cerraba su plantilla.
La verdad es que me ha gustado ver tanta pregunta y preocupación por un ciclista que he tenido la suerte de entrevistar un par de veces y me ha parecido un tipo genial.
¿De dónde viene tanto amor a Elosegui?
— La melena del filósofo (@EscuadraPor) November 2, 2022
Mirad las respuestas a este tweet y entenderéis sobre el atractivo del personaje.
Dio el salto al Movistar el año de la pandemia y la salud y lesiones no le han dejado dar la medida de su potencia.
La vuelta al Kern Pharma, la esfera del Lizarte, es volver a casa para un corredor que siempre reivindicó el valor de comunicar y hacerlo bien.
Estos tres años ha sido un ciclista condicionado por las circunstancias y salud que por su forma de conectar con la gente, su singularidad -le empecé a seguir cuando habló de su abuelo- y cultura no han pasado desapercibido.
Valoro mucho que a Iñigo se le tenga en cuenta esta virtud, hoy además, que sabemos de su continuidad con el Kern, tras varios días deleitándonos con paisajes japoneses en sus redes.
Hace año y medio, hablé por primera vez con él, entonces pensé que en ocasiones la vida te depara premios no escritos e inesperados, uno de ellos fue la conversación que mantuvimos con Íñigo Elósegui, ciclista que este año debuta en el Movistar.
Todo surgió cuando vimos este tweet con el abuelo de Íñigo Elósegui, José Antonio Momeñe en el grupo del maillot amarillo…
A veces Twitter es maravilloso.
Encontrarme esta foto en la que sale mi abuelo… Seguramente Tour de Francia de 1966, ya que el 1º es Lucien Aimar con el maillot amarillo. Mi abuelo, 4º en ese Tour. Cuántas puertas abrieron con aquel equipo KAS de leyenda… ¡cerca de 60 años ya! https://t.co/uRKb7jRkHu— iñigo elosegui (@ini_elosegui) June 17, 2020
Y a partir de ahí descubrimos un tipo sencillo, culto, con inquietudes, amante del pasado, arrogante para el futuro.
Lo iban a ser veinte minutos se convirtieron en casi una hora, una gozada que tocó no pocos temas y porque dijimos basta.
¿Qué sentimiento sobrevino a Iñigo Elósegui cuando vio la foto de su abuelo compitiendo en el Tour de 1966 en twitter?
«De bondad y cariño, es que era mi abuelo, ahí en la foto, mi espejo de pequeño en casa. Yo siempre quise seguir sus pasos. Hice fútbol un tiempo, sobretodo porque se podía practicar entre semana, con la cuadrilla y el ambiente era bonito»
¿Por qué lo dejaste?
«Por que vi que no había más recorrido»
¿Y en la bicicleta sí?
«Sí, me veia mucho mejor en la bicicleta y acerté»
¿Cuándo empezaste con ella?
«Con catorce años acabo el fútbol en mayo y pruebo la bicicleta en junio, para empezar a competir como infantil con el Automoción Trapagaran»
¿El ciclismo sí que te conquistó?
«Totalmente, quizá porque se desarrollaba en entornos que yo siempre he apreciado mucho, como entre la naturaleza y por el monte, poder ir a ver rincones que ya has visto por el Google Earth, ver tus límites. Los deportes de resistencia siempre me han gustado»
¿Te gusta machacarte?
«No sabría decirte, a veces estás por ahí en la carretera, deseando llegar a casa y luego cuando estás en el sofá por la tarde estás feliz por haberte exprimido. Estás vital y activo, con el tiempo ves que mejoras, y esas cosas motivan»
¿Estudias?
«Estoy dedicado cien por cien al ciclismo, pero aún en la universidad, si bien me he dado un pequeño respiro porque mentalmente a veces es muy complicado. Estudio asignaturas de Administración y dirección de empresas por mi cuenta»
Ciclista con inquietudes
«Me gusta estar al corriente de lo que pasa por el mundo»
¿E idiomas?
«Buen nivel de inglés, castellano y euskera, obviamente, alemán un poco oxidado y mucho interés por aprender japonés«
¿Japonés?
«Sí, en general me interesan los idiomas, pero es que Japón en especial me gusta mucho. Sigo el manga y ya viajé a Japón el año pasado. Además si aprendo japonés, tendría la base para el chino»
¿Te consideras un «rara avis»
«Quizá»
¿Otro como tú?
«En el pelotón cuesta encontrar ciclistas con estas inquietudes, pero no creo que sea una cosa exclusiva del pelotón»
Alguno habrá
«Sí claro, Tom Bohli es un ciclista del UAE que habla siete idiomas. Mi compañero Johan Jakobs me dijo que es un tipo muy inteligente, que le interesaba todo. Por ejemplo una pasión que tuve de niño fue tocar el piano, y me consta que Chad Haga también lo toca»
Volviendo con tu abuelo, ¿qué sabe Iñigo Elósegui de José Antonio Momeñe?
«De mi abuelo he leído muchísimo»
¿Cómo era?
«Muy sencillo, no le gustaba nada vanagloriarse de sus logros como ciclista. Sé muchas cosas de él gracias a un tío mío y a compañeros suyos que no viven lejos de mi casa como Gregorio San Miguel o Aurelio González»
¿Qué te han contado?
«Gregorio le contó a mi tío cómo fue el Tour de 1966 que mi abuelo acabó cuarto. A falta de tres etapas para el final iba escapado y estaba de líder virtual para ganar el Tour, pero en ese momento le mandaron parar porque el director de su equipo, Dalmacio Langarica en el Kas, quería asegurar la clasificación por equipos. Mi abuelo se paró y estuvo cerca de abandonar por la orden y San Miguel le convenció para que siguiera»
Y aún así acabó cuarto
«Ya ves»
Sobre esta historia dos cosas, Jaume Mir ya nos habló de la obsesión de Langarica por las clasificaciones por equipos, al punto que la clave para que Bahamontes ganara el Tour fueron las consignas de Fausto Coppi, y eso de priorizar la clasificación por equipos es algo que aún hoy se practica.
Pero no queremos ser malo, ni poner a Iñigo en un compromiso.
Sea como fuere, seguimos… ¿tu abuelo nunca te contó nada de ese Tour?
«Nada absolutamente, era muy humilde»
¿Cuándo falleció?
«Hace casi die años»
¿Pasaste mucho tiempo con él?
«Mucho, tengo grandes recuerdos, Todos los días iba a su casa al salir del cole, merendaba en su casa. El ciclismo nunca fue un tema de conversación»
¿Le gustaba verte en el fútbol?
«Sí»
¿Saliste con él en bicicleta alguna vez?
«Si, un día»
¿Por qué este pasar de puntillas por el ciclismo?
«Quizá porque era muy consciente de lo mal que se pasa. De hecho no quiso que mi tío Álvaro fuera ciclista»
Pero su ciclismo nada tiene que ver con el actual
«Nada, ha cambiado todo radicalmente, desde las carreteras al los kilometrajes, pero también las estrategias, antes te tenías que buscar la vida solo, hoy el equipo cobra importancia»
¿Cómo es Iñigo Elósegui?
«Es un diésel y de fondo»
¿Oigo muchos comentarios que eres de clásicas?
«La gente me sitúa en las clásicas, pero soy de vueltas y tiradas largas, y no muy explosivo»
¿Eres de recuperar bien?
«Así es»
Menudo año, por eso, para debutar…
«Todos lo estamos pasando mal, pero sinceramente peor sería que fuera un año de todo o nada para mí. la clave creo que está el relativizar las cosas, no cabe otra»
¿Qué pazos se da Íñigo Elósegui?
«No soy de marcar plazos, pero no quiero dejar escapar oportunidades. No sé cuánto tardaré en madurar, pero crezco a buen ritmo. Lo entrenamientos va saliendo y los números on buenos, poco a poco voy encadenando bien los esfuerzos, y eso ya es un cambio grande»
Vivimos en un ciclismo de niños prodigio…
«Las cosas son diferentes, ahora estamos muy controlados y la progresión es otra»
Por la mañana trabajamos en la carretera 🏔🚴🏼♂️ y por la tarde de puertas para adentro puliendo detalles 🔧!
Qué ganas tenía de poner la cabra a mi medida para poder hacer horas de calidad. Gracias @Movistar_Team , seguimos pedaleando. 🔜👊🏻#RodamosJuntos #SeguimosConectados pic.twitter.com/8yITg78wNB
— iñigo elosegui (@ini_elosegui) July 15, 2020
¿Vas a tu rimto?
«La gente no me presiona, pero yo me considero un perfeccionista. Si no doy aún el 100%, ya lo daré, cuando hablamos de ciertos corredores, lo hacemos de superdotados»
¿Les cogerás?
«Para eso trabajo. para cogerles y superarles algún día, pero paso a paso, me considero joven todavía»
¿Qué has hecho este año?
«San Juan, Almería, Murcia y el UAE Tour que ya sabemos cómo acabó»
Y ¿dónde te podremos ver?
«En Getxo y luego en las clásicas»
Imagen: La Guía del Ciclismo
Tadej Pogacar
Top23 Pogacar, el mejor ciclista del mundo
Ahora mismo el ciclista de dibujos animados es Tadej Pogacar
Tiempo de Navidad, magia y esas cosas, pedid un deseo, muy nuestro, el ciclista de nuestros sueños, el que todo lo puede y disputa, el que estaríamos viendo hasta el aburrimiento, posiblemente escogeríamos Tadej Pogacar, pensaríamos en Tadej Pogacar.
Ya conocemos, en pleno balance del 2023, cómo será la segunda piel del UAE para 2024.
Hay que admitirle que es soso de narices, blanco con algo de publicidad, como leí por ahí, pero es que Pogacar no necesita más, le sobra todo, letras, colores y adornos, ese motor es único.
2023, Pogacar no ha ganado el Tour pero sigue siendo el mejor ciclista del mundo, lo es, estadísticamente y en nuestro corazón.
No hay carrera en la que comparezca que no sea protagonista, factor decisivo y en último plano ganador.
Su apetito por ganar es tal que no deja frente por concurrir, en todos los sitios, el mismo año.
Empezó de inicio con un paseo por el olivar de Jaén y acabó renovando corona en Lomabrdía, en Bérgamo.
Por medio un año en el que nos ha regalado todas las sensaciones posibles sobre una bicicleta.
Rompió techos de cristal para un aspirante al Tour, como ganar Flandes en una carrera antológica, de época, una de esas que recordemos por la brutalidad de sus ataques y la forma de derribar rivales en su campo propio.
Su primavera fue tan memorable que la sola idea que Pogacar cambie el plan con el objetivo de disputar Giro o centrarse en el Tour nos encoge el corazón.
Un doble ganador del Tour rompiendo la Milán-San Remo, en el Poggio, luego haciendo trizas Flandes, barriendo Amstel, ganando la Flecha, qué semanas aquellas, interrumpidas por la caída de la Lieja, el punto de inflexión de la campaña, pues esa rotura de muñeca le propició a Pogacar una “tara» en el estado de forma que muchos creen clave para su derrota en el Tour.
Dos años seguidos para acabar con Vingegaard en Francia, en julio, en un duelo de época, remontándonos a los mejores de la historia, con sabor a leyenda, por lo igualados que parecen y lo lejos que están del resto.
Su bronce en el Mundial y el epílogo lombardo pusieron guinda a una campaña, otra, oara enmarcar.
No habrá ganado el Tour, pero no le hizo falta para ser considerado el mejor ciclista del mundo, aunque en su fuero interno sabe que volver reinar en Francia es algo a lo que no renunciará nunca.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Egan Bernal
Egan Bernal y la Vuelta, la grande que le falta
Si Egan ganara la Vuelta tendría el tridente de grandes
Leo que Egan Bernal quiere ir a la próxima Vuelta para ganarla.
No es cualquier cosa.
El camino ciclista de Egan Bernal no acabó el día que supimos de su maldito accidente contra un bus, no acabó por suerte, y eso que nos temimos lo peor.
Su vida parece relativamente normal pero el lastre que esa caída le ha implicado lo apreciamos en la carretera.
Este año ha completado dos grandes, un exitazo y lo mejor es que en la segunda de ellas, en la Vuelta, Egan afirma haber acabado más entero que en el Tour,
Con esta vuelta a los grandes escenarios, queremos ver si el siguiente paso, estar ya delante, es posible para Egan Bernal.
No creo que se la juegue en un todo o nada, pues al colombiano la vida le ha vuelto a sonreír tras el horrible accidente que le sucedió, pero conociéndole, seguro que quiere estar otra vez arriba del todo.
Y la Vuelta es el objetivo que Egan Bernal admite de inicio, a casi un año de la carrera.
Un lujo para nuestra grande que sería histórico de salir bien.
Ganar la Vuelta, implicaría la triple corona para Egan Bernal y pasar a ser, por peso específico el mejor ciclista colombiano de la historia.
Sucedería a Lucho Herrera y Nairo Quintana, tres Vueltas en menos de 40 años.
Otra vez en el escenario en el que nos dio una gran tarde de ciclismo camino de los Lagos de Covadonga, cuando atacó y se llevó a Roglic sin mirar atrás.
Ojalá le fuera bien, lo firmaría ahora mismo, por mucho que la lógica nos diga que no lo va a tener sencillo si uno de los capos, ya sabéis quiénes, tomara la salida.
Egan Bernal sabe que su puesto en Ineos está condicionado por la explosión de Carlos Rodríguez, y que en el Tour la cosa está prohibitiva, pero sabe dar un paso al lado en el momento justo y crea el ambiente para volver a verle arriba.
Yo pondría mis dineros a su favor.
Ciclistas
Pogacar, Remco y Egan ¿qué ciclista tiene más carisma?
El carisma de un ciclista no se compra no siempre tiene que ver con la victoria
Una vez me dijo uno que sabe mucho de esto que el carisma de un ciclista puede venir por varios sitios, de nacimiento o cocinado por el camino, pero que si algo da carisma es ganar el Tour.
«En ese caso, eres carismático por defecto» me vino a decir.
Estoy de acuerdo con él, en parte, pues al final de los tres que he escogido, dos lo han ganado, pero el ciclismo reciente, el que todos tenemos más cercano, han habido campeones que han rebosado carisma sin necesidad de ganar el Tour tipo el recién retirado Peter Sagan, Mark Cavendish, Fabian Cancellara o los mismos Rigoberto Urán y Esteban Chaves, quien rezuma sonrisa e ilusión.
Incluso, sin ser un ciclista top en España, ta me gustaría que lo fuera, el mismo Íñigo Elósegui se ha ganado un rinconcito en el corazón de los aficionados con su cariño por lo japonés, sus clases de economía y la simpatía que reparte y de la cual disfrutamos, no hace tanto.
Dicho esto, me he aventurado con tres nombres para ilustrar el concepto que tengo del carisma en ciclismo, una cualidad que, después de haber entrevistado a muchos ciclistas, puedo decir que abundan.
Egan Bernal es un tipo que me encanta, desde el minuto cero además
Siendo tan joven, en el mismo inicio de carrera ya dominó la escena tanto dentro como fuera de la carretera.
Nos ganó entrando en aquellos abanicos en la París-Niza ente Rowe y Kwiatkowski, y nos completó fuera de la carretera, con esas explicaciones tan sencillas, tan directas y sinceras.
El colombiano ha vivido una pesadilla de lesión de la que va saliendo paulatinamente, sin esconder las dificultades, pero no disimulando el objetivo, volver a ser un ciclista capaz de volver a ser de los mejores del mundo, aunque nos cueste creer que es muy difícil.
Remco Evenepoel no ha ganado el Tour, yo creo que no lo ganará, pero el chaval tiene luz, las cámaras le quieren, las miradas le buscan, es el carisma en un ciclista elevado a la máxima potencia.
A mí personalmente no siempre me ha caído de pie, pero hay que admitirle que piensa como corre y se calla lo justo, dentro, fuera. antes y durante de la carrera.
Es un regalo, un reclamo para ver cualquier competición.
Y por último la luz de este deporte, Tadej Pogacar, cuyos rendimientos en carretera no ofenden porque fuera de la misma se muestra cercando, simpático y hasta con buen perder.
Es un excelente embajador para este ciclismo, no sé hasta qué punto se implica en las problemáticas del colectivo, pero la imagen que proyecta es eso, el carisma hecho ciclista.
Ciclistas
Indurain & Ganna, el cóctel imbatible del récord de la hora
La aerodinámica de Ganna con las capacidades de Indurain sería algo épico
Mirad la imagen de Filippo Ganna, septiembre de 2021, acababa de ser campeón olímpico con la cuarteta italiana e iba camino de ser campeón del mundo contrarreloj, por delante de Van Aert, mirad esa estampa, ese pliegue sobre sí mismo, el sueño húmedo de cualquier túnel del viento, de la cuerda del velódromo, ahora imaginaros esa estampa con el motor de Miguel Indurain.
Esa fábula que nos hace salivar es una de las conclusiones del documental sobre la Espada de Indurain y sus coqueteos con el récord de la hora, llegando al que Ganna marcó no hace tanto, por encima de los 56.
En pocas palabras el colaborador del del «mítico» Sabino Padilla, Iñigo Mujika, a quien invitamos al podcast, pero declinó por estar muy ocupado, hizo unas estimaciones de que si Indurain y Ganna fueran uno, el récord podría irse por encima de los 62 kilómetros a la hora.
Ojo, 62 kilómetros en 60 segundos, eso sería como un coche en la autopista cuando devora kilómetros por debajo del minuto, sólo que en una bicicleta.
Muchos fueron los condicionantes para que Indurain atacara un récord de la hora a lo que diera.
Su temporada, la mentalidad y en especial el físico y su escasa, curioso esto, experiencia en la pista
Y digo curioso, por que el navarro habría sido un pistard brutal, sólo con verle rodar en la carretera, con esa cadencia, ese poder pero también la privilegiada visión aérea que ejercía sobre la carrera.
En el equilibrio entre fisiología y aerodinámica, Miguel tenía lo primero
Ceñirse a una línea negra, la cuerda de la elispse, controlar la bicicleta en la entrada de las curvas, que no saliera disparado, y sobretodo acoplarse bien, sin que la rodilla no le diera en las costillas, fueron imponderables para que el récord se quedara en la parte baja de sus aspiraciones.
53 kilómetros y poco que en breve batirían Tony Rominger y en especial Chris Boardman.
Si el otro día, hablábamos del documental de Lemond, lo cierto es que éste de Movistar sobre Miguel Induráin, que ya tienen unos meses de existencia, es otro de esos tesoros que merece la pena echarle un rato estos días.
En esencia el récord de la hora fue algo así como el principio del fin del gran ciclista.
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