Ciclismo
En el Flandrien Hotel puedes dormir con el gran Eddy
El Fladrien Hotel entra en el circuito de sitios obligados en Flandes
Nos cuenta Jamie que cuando alguien reserva por Booking.com una habitación en el Flandrien Hotel, se ponen en contacto con el huésped para preguntarle si es consciente dónde está reservando.
Lo hacen así, porque este hotel no es corriente, no responde al estándar, es un monumento, una caja de ciclismo con muchos cajones y departamentos, con cientos de recuerdos, guiños e inspiraciones…
Un sitio para, si pudiéramos, quedarnos a vivir
«He viajado por medio mundo con mi bicicleta -seguía Jamie- he conocido muchos hoteles con la etiqueta de ciclista y estaban muy bien, pero he echado en falta cosas. Todos tenían bufet, mecánico, rutas y habitaciones para el ciclista, pero les faltaba algo, decoración e inspiración ciclista, contenido ciclista…«.
De esa experiencia, nos espera con sus socios en la entrada del Flandrien Hotel.
Es media tarde, pero el día se va a largar en Flandes.
La tierra prometida del ciclismo nos regaló una mañana de ciclismo por los muros de De Ronde y un reparador almuerzo en Oudenaarde, antes de partir hacia Brakel, poco antes de llegar a Geraardsbergen, el sitio de la capilla.
Si cada pueblo flamenco tiene un santo ciclista al que adorar, en la zona lo hacen nada menos que con Peter Van Petegem.
Nos recibe el coche del propietario, un curioso australiano, como decimos llamado Jamie, que se mueve por las tres casas que componen el negocio como una centella.
Controla cada estancia, la ha llenado de ciclismo al límite de sus posibilidades.
Desde el patio central, tenemos acceso al comedor principal, pero también a las habitaciones y zonas comunes llenas de bicicletas y recuerdos.
Porque si una cosa hay son bicicletas: «He tratado de reunir una colección en la que cada bicicleta tenga una historia, por ser pionera en algo, por protagonizar una carrera histórica o por ser utilizada sólo una vez«.
De entre la enorme colección, destaca la cantidad de Giant que tiene de dos equipos en especial, el Rabobank y la ONCE.
De los amarillos guarda también numerosas Look, incluso la de Melcior Mauri en la Vuelta 91 y las rosas que utilizaron en algún Tour de Francia.
De entre toda la colección -como vemos en el vídeo- le pone mucho cariño al primer cuadro de carbono que ganó una etapa del Tour de Francia, aquella famosa del loco de los Pirineos, Perico y su «querido» Robert Millar, de quien es el cuadro en cuestión.
Vivir y sentir ciclismo
Para Jamie la sala central del Flandrien Hotel es el ombligo del mundo.
En sus dos mesas tipo sidrería, puedes compartir mesa y mantel con ciclistas venidos de medio mundo, bien sean unos neerlandeses que han pasado unos días, una profesional italiana en vísperas de una carrera o algún australiano que ha pasado para contar batallitas.
La cena se sirve recién hecha al final de una espera amenizada con la cerveza o el vino que más te plazca.
Cada día una propuesta y siempre ajustada a las necesidades del ciclista.
El desayuno espera a primera hora de la mañana cargado de hidratos y café calentito antes de la ruta marcada.
En esos momentos de mesa, cualquier cosa vale, hablar del vecino de la zona, Allan Peiper, comentar sobre el Tour, trazar la salida del día siguiente… es indiferente, la conversación es de ciclismo entre bicicletas pero también retratos de campeones, de art déco, de carteles, de maillots y todo lo que sea menester.
Cuando accedes a tu habitación, te espera el gran Eddy.
A todo ello, se añaden todos los servicios de garaje y mantenimiento para el ciclista sumado a una cobertura total de éste, por si tiene algún problema en ruta: «Ningún huésped ha perdido un día de bicicleta» insiste Jamie, presto a coger su coche de Peugeot Cycles, para asistir a quien sea donde sea, porque este hotel, este sitio, es su pasión y si queríamos un sitio de autor, hete aquí una parada obligada en Flandes.
Imágenes: Guillem Riera
Ciclismo
Qué tarde la de Aprica, qué día el de Pantani e Indurain
30 años después aquella carretera hacia Aprica sigue soñando con el gran duelo entre Pantani e Indurain
Simpre leo y escucho mucho sobre Pantani, ese ciclista que, como ya hemos dicho muchas, nos hizo sentir cosas que pocos lograron transmitir. Sensaciones que comenzaron en un «kilómetro cero»: aquella etapa con Indurain en Aprica.
No es de extrañar que siga siendo un mito.
Lo que sucede con Pantani es casi esotérico, algo que escapa a la razón, una locura difícil de explicar. Conocemos su trágico final, y sabemos que el nudo de su vida estuvo marcado por el dopaje. Pero se le perdona. Se mira hacia otro lado, porque su magia todo lo puede. Créeme, lo he escuchado de viva voz de personas de su entorno, romañolos que no solo lo admiran, sino que lo idolatran.
Tan es así que la segunda etapa de este Tour de Francia, la que va de Cesenatico a Bolonia, será la «Etapa Marco Pantani». Y todos lo entienden, lo justifican… lo aplauden.
Es que fue tan fuerte lo que nos hizo sentir aquel día, aquel Pantani junto a Indurain camino de Aprica, que esa emoción flota por encima de todo lo demás.
Permitidme recordar aquel día: Todo sucedió un 5 de junio. El Giro de 1994 avanzaba por la bota de Italia, con el orden establecido tambaleándose.
Un rubio, un ruso llamado Evgeni Berzin, dominaba la carrera desde los primeros capítulos. Golpe en Campitello Matese, golpe en la crono llana de Follonica. Indurain, Miguel Indurain, batido en una prueba en solitario. Alarma.
Todo podía volver a su sitio en una etapa que atravesaba el corazón de los Dolomitas.
Veníamos de Merano, donde el día anterior un joven pero calvo ciclista, Marco Pantani, había ganado en solitario. El destino: Aprica. En el camino, tres colosos de altura decreciente.
Primero el Stelvio, entre pareces heladas e incipiente bruma sin más novedad que el desgaste invisible de los héores.
Luego en el Mortirolo, palabras mayores, estallaría todo.
Desde la base arrancaba Marco Pantani, el chico calvo del día anterior, el jovenzuelo que amenazaba con eclipsar a Claudio Chiapucci.
Con Pantani se fueron Armand De Las Cuevas, el boxeador frustrado, y Berzin, saltarín, rubio, maglia rosa.
Indurain, quieto atrás.
Pasan penosamente los metros, y el ritmo de Pantani es un rodillo.
Caía De las Cuevas, Indurain le superaba por detrás.
Cae Berzin, el yunke navarro le cazaría, lo maduraría y lo dejaría antes de la cima.
En el descenso Indurain va camino de encarrilar su tercer Giro. Alcanzó a Pantani, formando un frente común, con Nelson «Cacaíto» Rodríguez como testigo de aquella hazaña. Quedaba la tercera subida: la más sencilla, un trámite llamado Valico di Santa Cristina, antes de llegar a Aprica.
Pero el trámite se atragantó. Pantani atacó, e Indurain se derrumbó. Exhausto, seco, maltrecho. La ventaja que lo ponía en disposición de ganar el Giro desapareció.
Qué día aquel.
Imagen: Planeta Ciclismo
Ciclismo
5 imprescindibles para La Vuelta
Nuestra carta a los Reyes para la próxima y próximas ediciones de La Vuelta
Aunque todavía estamos en la previa de Navidad, nosotros ya nos adelantamos y hacemos nuestra carta a los Reyes Magos con deseos para la próxima edición de la Vuelta Ciclista a España.
Esta competición, que se presenta justo antes de las fiestas, ya tiene prácticamente definido su recorrido para 2025.
La carrera saldrá desde el Piamonte italiano, atravesará el sur de Francia y entrará en España por Cataluña. Según los rumores, Figueres podría ser una de las primeras paradas importantes.
Sin embargo, parece que Andalucía quedará fuera del recorrido, similar a la edición de 2020, que se desarrolló en gran parte por el norte del país.
En todo caso, tal y como hicimos con Giro y Tour, hemos hecho una pequeña lista de deseos.
Lo que nos gustaría ver en La Vuelta
- Subidas clásicas e icónicas
Creemos que un recorrido de La Vuelta no estaría completo sin una de sus grandes subidas históricas. En este sentido, pedimos el regreso de Los Lagos de Covadonga, uno de los escenarios más emblemáticos, junto con los colosos asturianos que han definido distintas épocas de la carrera. - Finales en ciudades Patrimonio de la Humanidad
Sería fantástico ver etapas que terminen en el corazón de ciudades históricas como Salamanca, Ávila o Santiago de Compostela. Esto no solo sería un espectáculo deportivo, sino también una oportunidad para mostrar al mundo el increíble patrimonio cultural de España. - El regreso al Pirineo Navarro
Una asignatura pendiente es regresar con más frecuencia al Pirineo de Navarra. Allí, en 2021, Remco Evenepoel y Romain Bardet ofrecieron una etapa inolvidable en Larrau, una joya que debería ser un fijo en futuras ediciones. - Etapas decisivas y llenas de emoción
No podemos olvidarnos de etapas tan vibrantes como la penúltima de 2021, cuando Miguel Ángel López protagonizó aquella jornada inolvidable. Este tipo de etapas, llenas de estrategia y drama, son clave para mantener la emoción hasta el final de la competición. - Etapas entre viñedos
Y ya que estamos soñando, ¿por qué no una etapa que recorra los viñedos? Desde el Penedès hasta la Ribera del Duero, pasando por otras denominaciones de origen, sería una manera magnífica de combinar ciclismo y enoturismo, mostrando otra de las grandes riquezas de España.
En definitiva, un recorrido que mezcle historia, cultura y emoción, con etapas que hagan vibrar y muestren lo bueno y mejor de España.
Imagen: A.S.O.
Ciclismo
Red Bull-Bora se hace sitio en la mesa de los grandes
El fichaje de Maxim Van Gils es otro salto de calidad para Red Bull-Bora
Otra muesca más en la cuenta de los grandes: Red Bull-Bora se hace más grande, si cabe, con la incorporación de Maxim Van Gils, dejando al histórico equipo belga Lotto algo más desprovisto.
Una historia que se repite y una situación que nos resulta familiar.
Van Gils se une, ojo, a Laurence Pithie, Oier Lazkano, Gianni Moscon, Finn Fisher-Black, Giulio Pellizzari, Jan Tratnik y los gemelos Mick y Tim Van Dijke.
Red Bull-Bora es, con diferencia, el equipo de los grandes que más se ha reforzado, ganándose espacio entre UAE y Visma, que también han fichado, pero no a ese nivel.
Cuando Red Bull entró en el ciclismo a tiempo completo, justo antes del Tour de Francia, ya comentamos que la marca de bebidas energéticas no hace las cosas a medias, más bien todo lo contrario.
Su ingreso en este deporte se realizó desde un equipo ya competitivo, pero con su entrada, el salto ha sido notorio: ahora compite directamente en la liga de las estructuras más fuertes del pelotón, una liga que permite 3 o 4 miembros a lo sumo, con un Ineos que se muestra dubitativo y sin un horizonte claro.
Maxim Van Gils es uno de los ciclistas más valorados del pelotón por su capacidad de salir adelante en distintos tramos de la temporada, con una habilidad fuera de toda duda.
Su incorporación aporta al equipo fondo de armario y más calidad a ese grupo de fichajes en el que todos esperamos ver cómo le sienta a Oier Lazkano el paso a una estructura de primer nivel.
El alavés, junto a Pithie, conforma un dúo muy interesante para la primavera, cubriendo de esta manera todos los frentes de la temporada.
Con Primož Roglič como líder absoluto, por el momento, pero con una edad que ya apremia, el salto de calidad definitivo de este bloque apunta a otra estrella belga: Remco Evenepoel, quien, aunque sigue fiel a los colores de un Soudal que ya no es el de antaño, aún le resulta útil.
El próximo año, en el corral de UAE y Visma, entrarán los de la bebida que da alas. Sobre el papel, están un escalón por debajo, pero las temporadas son largas y las oportunidades siempre surgen. Si no, que se lo pregunten a Roglič, quien, en el gran año de su compatriota esloveno, sumó otra Vuelta a su cuenta.
Imagen: A.S.O./Billy Ceusters
Ciclismo
Hoteles ciclistas en la Costa Blanca, abiertos para todos
Los hoteles ciclistas de Costa Blanca se reparten por todo el territorio
Un territorio no es ciclista solo por sus puertos, carreteras y paisajes, sino también por contar con la infraestructura necesaria. La Costa Blanca se ha convertido en un mapa que se llena poco a poco de hoteles totalmente volcados en el servicio a los ciclistas.
Atender a un viajero que quiere conocer una zona en bicicleta implica instalaciones y servicios, pero también una sensibilidad a sus necesidades, desde la alimentación hasta el descanso. Además, se requiere una buena señalización de rutas, un entorno amigable para el ciclista y, por supuesto, variedad de paisajes y niveles de dificultad.
Todo eso en la Costa Blanca lo tienen perfectamente desarrollado, y en la provincia encontramos siete hoteles con el sello de Territorio Ciclista.
Hotel Cap Negret (Altea)
Situado en la entrada de Altea, se ha convertido en un emblema del turismo ciclista no solo en la Costa Blanca. Esto se debe a los servicios que ofrece, pero también a la cantidad de ciclistas, equipos y triatletas que lo visitan. Además, cuenta con una cultura ciclista que se refleja incluso en el arte expuesto en sus zonas comunes, con cuadros del artista Miguel Soro.
Además de su cuidado servicio de cocina, sus amplios boxes permiten alojar desde ciclistas individuales hasta equipos del World Tour. En sus espacios comunes es habitual encontrarse con rostros conocidos del ciclismo.
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SOLYMAR Gran Hotel (Calpe)
Cada pretemporada ciclista, Calpe se convierte en el escenario de presentación de algunos de los mejores equipos del mundo. Frente al Peñón de Ifach y a cinco kilómetros de las montañas de la Marina, el SOLYMAR Gran Hotel es el punto de partida para muchos de los grandes atractivos ciclistas de la Costa Blanca.
Enclaves como Coll de Rates, el Cabo de la Nao, la Sierra de Bèrnia, Benissa y la Cumbre del Sol forman parte de los itinerarios recomendados por este establecimiento, que cuenta con zona de aparcamiento, taller y lavado de bicicletas, lavandería para ropa de ciclistas, además de zonas de fitness y wellness. También es posible alquilar bicicletas.
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Estimar Calpe Suitopia (Calpe)
Otro de los clásicos ciclistas en Calpe, con vistas al Peñón de Ifach, es conocido por las muchas fotos que grandes estrellas del ciclismo se toman en su terraza con vistas inconfundibles. De hecho, sus prestaciones están dirigidas tanto a ciclistas individuales como a equipos profesionales del máximo nivel.
El hotel ofrece espacios exclusivos para ciclistas alrededor de su Bike Center, con todas las facilidades para mejorar la experiencia del huésped. En este listado de servicios se incluyen aparcamiento y taller, zona de lavado de bicicletas, lavandería para ropa de ciclistas y zonas de fitness y wellness para complementar las rutas que abarcan los mejores sitios ciclistas de la Costa Blanca.
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Coll de Rates Cycling Holidays (Calpe)
Todos los grandes nombres del ciclismo coinciden en el top del Strava del Coll de Rates, uno de los lugares más icónicos entre los aficionados a la bicicleta. El verdadero Coll de Rates se ubica a unos 22 kilómetros del Bike Center del Coll de Rates, también nombre de la compañía que gestiona el alquiler de apartamentos para ciclistas en el centro de Calpe.
En su entorno han creado un ecosistema de servicios que incluye todo lo que un ciclista necesita al llegar a la Costa Blanca: traslados desde y hacia el aeropuerto, alquiler de bicicletas, gimnasio, masajes, zona de cuidado de bicicletas y puntos de carga para bicicletas eléctricas (E-bike).
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La Sella Golf Resort (Denia)
Este hotel está ubicado entre Dénia y Jávea, a pocos kilómetros tierra adentro y rodeado de naturaleza. También es sede de concentraciones de equipos del World Tour y se distingue por el minimalismo de su decoración y la variedad de servicios para ciclistas y no ciclistas.
Su ubicación permite un fácil acceso a los puntos más relevantes del mapa ciclista de la Costa Blanca. Ofrece un centro ciclista de 100 metros cuadrados con cuatro boxes independientes para 20 bicicletas cada uno, una zona para limpiar las máquinas e incluso servicio de nutricionistas y técnicos.
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Syncrosfera (Pedreguer)
Uno de los hoteles más famosos entre los deportistas, y cómo no, ciclistas de la Costa Blanca, por sus servicios en tecnología de hipoxia, que incluye habitaciones que simulan las condiciones de altitud, a más de 2.800 metros.
Ubicado en la zona residencial de La Sella, con acceso al Parque Natural del Montgó, es el punto de partida para muchos ciclistas, quienes además cuentan con una gran variedad de servicios destinados al rendimiento y bienestar del deportista.
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Hotel La Estación (Benidorm)
El emblemático municipio de Benidorm lleva tiempo apostando por el ciclismo, y en su entorno urbano cuenta con un hotel como La Estación, muy frecuentado por ciclistas. Aquí, todo amante del ciclismo encuentra la bicicleta que necesita, de manera que el huésped solo debe traer su ropa y casco.
En su catálogo de alquiler se incluyen hasta modelos eléctricos.
Desde el hotel existe una gran variedad de rutas, con todos los puntos destacados de la Costa Blanca al alcance, además de servicios previos y posteriores a cada salida.
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