Opinión ciclista
El curioso relato de la Vuelta a Polonia en Madonna di Campiglio
La Vuelta a Polonia encuentra el dorado en Madonna di Campiglio
La curiosa relación entre la Vuelta a Polonia y Madonna di Campiglio se ha renovado para tres años.
Esta semana pasada hemos recibido la nota de prensa que explica los pormenores de un acuerdo que venden lubricado con un interesante relato.
Al parecer no son pocos los turistas polacos que van al Trentino, de ahí que exista interés en tener un acontecimiento nacional.
Además, nos cuentan que en 1984, el Papá Karol Wojtyla esquió en altitud a 3000 metros de altitud por la zona y que volvió en 1988.
Añaden que en el lugar hay un altar se levantó en su honor, supongo que similar al que vimos una vez en el Valle de Aosta durante el Giro 2019 en recuerdo a una estadía del Papa Benedicto.
Recordemos que en 2013, la carrera empezó por primera vez fuera de Polonia con motivo de la 70 edición.
Dicha salida fue desde Madonna di Campiglio, en una etapa de 180 kilómetros ganada por Diego Ulissi.
De aquellos días queda la historia de la entrega de llaves de la localidad de Pinzolo a Czeslaw Lang, el gran mentor de la Vuelta a Polonia.
Y es que Lang ayudó a Saronni a ganar una etapa del Giro 85 cuando corría en el Del Tongo.
Hasta aquí, los hechos probados y explicados por la organización de la Vuelta a Polonia sobre su acuerdo con Madonna di Campiglio, ahora hablamos de nuestra percepción.
La primera sensación, y lo hemos dicho muchas veces, que las grandes vueltas salgan fuera de sus fronteras para montar sus salidas exportando ciclismo y ganando un buen dinero, nos parece perfecto.
Otra cosa es una vuelta pequeña, como la de Polonia, que implica quitarle etapas a su país y un esfuerzo logístico que tiene que compensar sí o sí.
Desconozco qué potencia tiene el mercado emisor polaco para el Trentino, si son tantos los esquiadores y turistas polacos que se dejan ver por la zona, tantos como para este tipo de acuerdo.
Se me hace muy complicado pensar que Polonia sea mercado prioritario para una zona encajada entre Italia y Austria, con Alemania tan cerca.
Pero ya lo veis, deben ser multitud, por lo que cuenta la organización.
Las vinculaciones papales y los recuerdos del organizador en el lugar son la guinda a un relato ante el que no tenemos más que descubrirnos, un relato de tantos que nos cuelan diariamente y de los que no es ajeno el ciclismo.