Opinión ciclista
Cuchillos largos en Lombardía
Pocas veces se ha olido tanto a sangre antes de un gran evento como la carrera que surcará la bellísima región lombarda este domingo. Sí en domingo, porque en el colmo de una falsa modernidad y ficticia atención mediática, los mentores de RCS han considerado que el domingo es mejor que el sábado para un evento que llevaba años en este día de la semana. Una pena, ciertamente, igual que esa especie de traición a la costumbre de que la temporada muriera con las hojas lombardas. Ahora lo hace en la centenaria París-Tours, otra clásica vilipendiada, hermosa y que esperemos el nuevo rey de la UCI Brian Cookson sepa prestigiar más allá del hecho que pertenece al calendario ASO.
Rui Costa vestirá arco iris por doquier, desde su maillot hasta la bicicleta, que supongo Pinarello le dará en propiedad para los siglos. El portugués afronta una de las dos carreras que hará con este maillot bajo el mecenazgo de Movistar, pingüe beneficio para un equipo cuyo sino histórico nunca fue mundialista, ni siquiera en los mejores años de Miguel Indurain, tres veces subcampeón del mundo.
En cinco días poco tiempo le han dado a los diseñadores del equipo azul para disimular la filigrana aroiris en medio del maillot azul como han realizado con sus respectivos campeones nacionales, aunque bien visto la UCI no autoriza las tonterías que históricamente han realizado los chicos de Eusebio Unzué en el diseño de los maillots personalizados. Con sólo decir que Paco Manceco, en una etapa concreta del Tour, y Purito Rodríguez vistieron maillots apropiados, tenemos suficiente sobre el tema.
Y hablando de Purito. Lombardía le llega esta vez en tres dimensiones. Está lo que se dice trinchado de necesidades. Arriba desde la vecina y sureña Toscana con un cabreo monumental –no sé cómo se habrá tomado el tweet borrado de Valverde– una vez se vio casi campeón del mundo, defiende el dorsal uno y en sus opciones existe la posibilidad de ser el mejor ciclista de la UCI en el año corriente. Sea como fuere, Chris Froome no hará la defensa de su puesto, igual que hace un año Brad Wiggins. Con todo si Purito fuera dos veces primero y otras tantas segundo en el ranking de cabecera tendríamos clara referencia del tamaño que ha alcanzado el catalán.
Porque la presente temporada de Purito habla por sí sola. Aunque haya estado más desprovista de triunfos parciales, el de Katusha alumbró su primer podio en el Tour y un subcampeonato del mundo, casi nada. Negro sobre blanco un año muy lejano al de Alberto Contador quien con esa verborrea de difícil semántica y peor compresión dice que Lombardia es la primera carrera del año, quizá quiera empalmar con San Luis en enero compitiendo en ciclocross, quién sabe, cosas más sorprendentes nos ha obsequiado. Rijs ya le ha dicho de retocar a la baja su sueldo porque el Saxo no cuadra números y el auxilio de Oleg Tinkoff puede acabar siendo clave, esperemos que no, pues la mosca cojonera del madrileño es también una persona de la que el ciclismo debiera prescindir, pero no puede.