Opinión ciclista
La crónica de #LaVuelta
La Vuelta lleva cubiertas una decena de etapas, afrontando ahora el primer día de descanso antes de aventurarse a recorrer la undécima etapa que encierra una indudable importancia. Se celebrará entre la población de Andorra la Vella y el Alto de Cortals d´Encamp, denominándose comúnmente como “la etapa reina”, una asignación que en cualquiera prueba de esta índole señala a las claras la trascendencia que puede aportar su desarrollo y al mismo tiempo confrontar o deducir tal como se encuentran los ciclistas que son más capaces cara al resultado final que es lo que realmente importa a los ojos de los aficionados.
Las cartas al descubierto
Haciendo una revisión un tanto sucinta alrededor de lo que ha ocurrido en el transcurso de estos días, sacamos la conclusión global de que el movimiento más importante que ha tenido la ronda española hasta ahora, deportivamente hablando, tuvo lugar en la etapa, concretamente la novena, con final en la Cumbre del Sol, que se localizaba en la provincia de Alicante, en su territorio interior, en una zona más agresiva por su vegetación y su entorno de peñas rocosas, un algo que imponen.
En esta jornada la clasificación absoluta se vio alterada con la victoria bien trabajada a cargo del holandés Tom Dumoulin, originario de la ciudad histórica de Maastrich, situada en la parte sur de los Países Bajos. Su acción poderosa le valió colocarse líder en detrimento del colombiano Esteban Chaves, que no tuvo energía suficiente para contrarrestar al ataque general impulsado por sus adversarios más directos, ataques entre los cuales se encontraban el británico Froome, el español Rodríguez, el italiano Aru, el polaco Majka e incluso el paisano del líder hasta entonces Chaves. Nos referimos a Nairo Quintana. Eran a fin de cuentas los aspirantes preferentes cara a las posibilidades de alcanzar la máxima distinción en la prueba, que coronará en Madrid al vencedor, la incógnita de hoy.
Un hecho insólito
En breve síntesis digamos, cosa que ya recalcamos a su debido tiempo, que la decisión de suprimir los tiempos registrados en el sector de contrarreloj por equipos en la primera etapa dirimida entre el Puerto Banús y Marbella, fue un error de campanillas. Los corredores y sus técnicos cuando faltaban un par de días antes de iniciarse la ronda española protestaron aireados aludiendo que aquel sector, su itinerario, no reunía las condiciones idóneas en su trazado, y sobre todo en el tramo de tierra compactada, lo cual constituía a todas luces, según ellos, un serio peligro.
La mala suerte es que los organizadores de la Vuelta bajo la tutela del ex corredor Fernando Escartín, no detectaron con antelación suficiente las deficiencias en el citado circuito. Creemos que se llegó tarde con tal decisión. De todas maneras, situándonos en otros tiempos, en aquel ciclismo de valientes, la etapa se hubiera celebrado de todas a todas. Entre unos y otros, organizadores y ciclistas, esta vez, entraron en el error. Se complicaron la vida ante la decisión drástica que tomaron.
Chaves, ¿un escarabajo de oro?
Cabe resaltar las actuaciones fructíferas, el tiempo hablará, llevadas a cabo por el colombiano Esteban Chaves, empujado por su floreciente juventud y su peso liviano, que se permitió el lujo de adjudicarse las etapas que culminaban en una cimas respectivas de Caminito del Rey (2ª etapa) y, días más tarde, en el alto de la Sierra de Cazorla (6ª). Fueron dos ascensiones costosas que dieron alas a este corredor oriundo de un país en el que las montañas dominan su geografía. Los medios informativos sudamericanos manifiestan a propósito de él, que resultará ser un futuro escarabajo de oro, este insecto coleóptero que pulula en la tierra y que es capaz de subir paredes como si tal cosa.
Un error garrafal
Otro episodio, un tanto desagradable por cierto, fue la grave falta protagonizada por el italiano Vincenzo Nibali, que tuvo una desgraciada caída en el curso de la segunda etapa que finalizaría precisamente en Caminito del Rey. Tras las consiguientes deliberaciones de los altos estamentos, el corredor transalpino fue excluido de la carrera de manera tajante y cumpliendo con el reglamento en vigor.
El motivo, todos lo sabemos, fue a raíz de agarrarse a un bidón de líquido que le ofreció el conductor del vehículo del equipo Astana al que pertenece Nibali. Apuró una distancia respetable que le separaba del grupo delantero, recuperando un valioso tiempo perdido. Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, asido al coche “salvador”. Parece mentira que un corredor de su categoría cayera en la tentación facilitada por el representante de la aludida escuadra. La culpa fragante fue para los dos. Quizá nos inclinamos más en contra del conductor del vehículo rodado, dado que el ciclista que le da a los pedales ante el nivel del esfuerzo que realiza anda o andaba notablemente ofuscado de cabeza. Todo es posible.
¿Y quién va a ser el vencedor absoluto?
Antes de adentrarse en tierras andorranas, la clasificación general no deja de ofrecernos un panorama a todas luces muy emotivo cara al futuro de la prueba y su conclusión. Los corredores, poco a poco, nos han ido mostrando su nivel físico, aunque no dejamos de estar encerrados en una gran incógnita. Personalmente nos decantamos por el británico Chris Froome, que en el noveno día de carrera, en la subida a Benitachell, nos demostró su alto sentido táctico e incluso su facilidad oportuna desplegada cuesta arriba, sin desmerecer la actuación sobresaliente de algunos de sus contrincantes más directos y que hemos nombrado con anterioridad.
Resaltamos en consecuencia al holandés Dumoulin, al español Rodríguez, al colombiano Chaves y al irlandés Roche, en este orden, que vienen ocupando la primeras plazas de la general, lo cual incluso nos infunde cierta sorpresa. No lo esperábamos. Pero es hoy una realidad que no sabemos hasta cuándo podrá durar. De todos ellos, aunque nos cueste creerlo, alguno salvará el honor frente a las dificultades que nos aguardan al borde de las carreteras. No son pocos los kilómetros que faltan por cubrir y la dureza que se nos avecina.
Merecen ser nombrados con cierta admiración, aparte de Chris Froome (8º), al murciano Alejandro Valverde (5º), siempre en línea de vanguardia, al italiano Fabio Aru (6º), al colombiano Nairo Quintana (7º), el segundo favorito, y al polaco Rafal Majka (9º), todo juventud con los 25 años sobre sus espaldas.
Por Gerardo Fuster
INFO
Opinión ciclista
Tour: Estas etapas matan el ciclismo
La primera de las etapas en Francia ha sido un lastre para el Tour
En un ciclismo, en una sociedad de paciencia menguante, como leo a Ander Izagirre, etapas como la primera del Tour en Francia son un tiro en el pie de este deporte.
Llego ahora a casa y leo que os estáis aburrrrriendo con la etapa tostón del Tour. Aquí tenéis algunas decisiones brutas y cómicas que tomaban los organizadores de Giro, Tour y Vuelta contra el aburrrrrimiento. pic.twitter.com/HDRvFMGrRr
— Ander Izagirre (@anderiza) July 4, 2023
No hablamos del deportista, ni de su necesidad de tomarse un respiro en una jornada que conecta la salida vasca con los Pirineos, que puede ser tomada con más o menos calma, hablamos de imagen, de la percepción, de la sensación que, o eres un enfermo de esto, o es imposible tragarse semejante bodrio.
¿Lo mejor?
La retransmisión, como casi siempre, aunque para conocer las Landas, quizá mejor los documentales de La 2.
La imagen de recreo y asueto generalizados esta jornada de julio fue el mejor tarjetón de invitación a la siesta.
Ya veis, el mito de la siesta y el ciclismo, con la voz de Perico o Javier Ares de fondo, en el calor de julio, las jornadas intensivas en el trabajo.
El ciclismo no puede permitirse etapas así, el Tour, tampoco.
Es la etapa cuatro del Tour de Francia 2023, no estamos en ruta hacia los Campos Elíseos, de homenaje al ganador, ni tampoco en el día después de una gran batalla.
Las fuerzas están frescas y las etapas buscan ganadores y protagonistas en su desarrollo.
El hecho que lamentaba Antonio Alix, sobre los belgas atacando al unísono, como en una broma pactada con la moto de Philippe Gilbert, define un paisaje triste, indigno de la mejor carrera del mundo.
El comentario de Contador, sobre cómo suben los clicks de su marca de bicicletas cada vez que uno de los suyos va en fuga debería ser de conocimiento generalizado en el pelotón, a sabiendas que hay mucha gente mirándoles, pero también equipos de marketing calculando cada segundo que su marca tiene exposición en la televisión.
Jasper Philipsen repitió triunfo en una de las peores etapas que recuerdo del Tour, y eso que hay unas cuantas, pues fumadas suceden cada año, puntuales a la cita.
El ciclismo no se puede permitir días así, los ciclistas por intocables que crean, tampoco.
Seguro que vendrán grandes días de ciclismo, pero si a la larga estos trayectos decantan la balanza sucederá que igual no habrá dinero para todos.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Noticias de ciclismo
Qué poco sabemos sobre el Tramadol
Ahora mismo sólo el ciclismo ha prohibido el Tramadol
Cierto es que no es dopaje, no al menos sobre el papel y en la norma, pero a mí que me lo expliquen ¿qué cojones pasa con el tramadol?
En otras palabras, no se puede dejar de golpe https://t.co/34sQQ5uT7n
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) December 10, 2022
Su nombre corre por los mentideros hace tiempo, no da beneficio alguno en el rendimiento, sobre el papel, pero pitar con esto, o similar, te puede valer la ruina.
En ciclismo ya está prohibido, en otros deportes habrá que esperar, como si se necesitara un tiempo de transición para dejarlo estar.
La sensación, si no fuera porque la hemos visto mil veces en el deporte, sería fea, extraña, casi nauseabunda.
La cosa es sencilla, es matar la sensibilidad del deportista para que éste se centre en el rendimiento sin que nada moleste, si quiera eso tan humano que es el dolor por el esfuerzo fuera norma que esta gente practica.
Ver su gestión denota que hay que poner tanta gente, tan diversa, de acuerdo que parece hasta siniestro que a nadie se le hubiera ocurrido antes.
Otra muesca más en quienes dicen mirar por la salud del deportista
Pillaron en Catar, en puertas del mundial de fútbol a un tipo con 2000 pastillas de Tramadol, como aquel auxiliar de Festina cargado de mierda que cazaron en la frontera entre Bélgica y Francia camino de la salida del Tour en Dublín.
No sé si adujo «consumo privado» en su defensa.
En aquel caso, ya sabemos lo que pasó, en este caso es un argumento más para quienes abogan por el tramadol fuera del deporte, no sólo del ciclismo.
Como me decían en twitter este finde ¿qué no sabrá la WADA sobre el tramadol para hacer esto?
Y lo más tétrico: ¿Qué se habría evitado de haberle puesto coto antes?
El Tramadol no es dopaje, insisten, y escribo constantemente aquí, pero todo lo que toca lo pudre y estigmatiza.
Se utilizó como arma arrojadiza para los irresponsables que iban a saco en algunas llegadas, sin miedo ni complejos, y ahora pesa como una losa sobre una de las grandes estrellas del pelotón, el amigo Nairo, que sigue sin equipo, oficialmente reconocido a puertas de Navidad.
Lo lamentable de todo esto es que, como muchas veces digo, es que estamos ante la punta del iceberg… ¿cuánta parte del cuento nos estamos perdiendo?
Opinión ciclista
Luis Enrique y la mal llamada prensa deportiva
Lo que está sucediendo con Luis Enrique es el termómetro de la prensa que se llama deportiva
Este es un tema que cuando empecé este mal anillado cuaderno solía tratar, pero con el tiempo dejé de lado, por ser imposible sacar nada bueno. Hablo de eso que llaman prensa deportiva.
Admito que me gusta el mundial de fútbol, me gusta mucho, desde siempre, su historia, las leyendas, las sedes… es una mística que sólo los Juegos Olímpicos y ciertas carreras ciclistas, diferentes cada año, según resulten, pueden igualar.
Antes del evento en Qatar, ya sabíamos que el ambiente alrededor de la selección española iba a estar condicionado por la figura del seleccionador, un gran aficionado al ciclismo además, Luis Enrique.
Pues bien, no ha hecho más que empezar el evento y tenemos llamas en las redes contra Paco González, en representación de la camarilla, por su diatriba ante el seleccionador.
Al margen que me parezca que tenga o no razón, el fútbol es algo tan apasionante como espectáculo colectivo, que esto, para mí es una menudencia, lo que me alucina es el ensañamiento gratuito contra una persona que podrá caerte mejor o peor pero que si está será por haber demostrado méritos suficientes para ejercer.
Es la bronca política, el negarle toda cualidad al adversario, llevada a la prensa que se dice deportiva.
Para la gente del ciclismo, la verdad, lo que tenga que decir esta gente poco o nada nos va a sorprender.
Con los años nos han regalado análisis sesudos como aquel que decía que el ciclismo es un deporte fácil porque van sentados o los mismos que medían la salud del ciclismo español por la cantidad de corredores que iban al Tour.
No entremos en cuando hablaban de dopaje.
Ahora, parece que a muchos se les ha caído la careta de esta camarilla.
España, lo siento, no tiene prensa deportiva, tiene una banda de malos actores, aireando lo peor de algo tan hermoso como el fútbol, para sacarse el sueldo a final de mes.
Lo triste es cuando se acuerdan de otros deportes, tipo ciclismo, y sale a flote toda su desconexión con la realidad del deporte.
A mí personalmente Luis Enrique me cae bien, sé que no es políticamente correcto pero al menos lo ves venir.
Y como repiten muchos, por cualquier cosa, hay que bancarle: que en sus famosos streams diga que está pendiente de la campaña de ciclocross me parece genial.
Tenemos aquí un buen embajador, un ciclista de papear kilómetros y sacarle todo el partido a la flaca.
Sólo por eso, y por destapar el disparate que algunos ejercen cada día en nombre de la prensa deportiva, le tenemos que querer.
Nosotros somos modestos, hablamos de nuestro deporte, nos equivocamos mil veces, pero somos directos y transparentes en nuestra opinión, pero sobretodo hablamos de algo que nos apasiona y lo hacemos con cariño infinito.
Opinión ciclista
Faltan datos para valorar el convenio de Movistar con Arabia
El anuncio de colaboración de Movistar y Arabia es incompleto
Dinero e influencia árabe en el deporte occidental es algo tan corriente, que a veces no entiendo tanto revuelo como ayer, cuando supimos del acuerdo de colaboración entre el Movistar Team y Arabia Saudí, a través, tengo entendido, de su federación.
Lo cierto es que el anuncio de ayer entra el molde habitual de estos comunicados.
Hablan de colaboración, lo centran en personal técnico y métodos de entrenamiento, pero poco hablan de lo que todos queremos saber: la panoja.
Y es así, y así lo refleja, por ejemplo, Cyclingnews, que deja la duda en el ambiente, cosa que no he leído en otros sitios.
Hace unas semanas, durante la Vuelta, Eusebio Unzue habló de dinero fresco para la estructura, luego vinieron los efímeros rumores de Repsol y ahora esto.
¿Es Arabia el mecenas que va a incrementar el presupuesto del Movistar Team?
Esa es la madre del cordero y la pregunta para la que nadie tiene, ahora mismo, una respuesta, por mucho que nos podamos imaginar que así habría de ser.
Como decía al principio, dinero e influencia árabe en el carísimo deporte occidental es un hecho que ya sabemos no es exclusivo del ciclismo.
En el caso de Arabia Saudí, es obvia su relación con el fútbol español, además de invertir en otros deportes como Fórmula 1, golf y ciclismo, con el Saudi Tour que les organiza ASO, como uno de esos bolos de pretemporada en medio del desierto, antes que empiece la campaña trascendente.
Para los países de la zona, es capital sacarse de encima el yugo del petróleo activando acciones ajenas al mismo, bien asesorados desde occidente.
Empezaron entrando en marcas de lujo de moda, colonias y esas cosas, siguiendo por infraestructuras y llegaron deporte, viendo el ciclismo como algo muy occidental en lo que también les interesa estar presentes y de paso blanquear su imagen.
A nadie se le escapa que estos países no son paradigma de derechos humanos ni tde rato igualitario entre mujeres y hombres, pero eso no ha sido óbice para negar su dinero y que siga la fiesta.
Porque cuando aplaudimos a un corredor del Bahrain o el UAE, o a ver el año que viene el Movistar, nos desproveemos de todos los prejuicios que podamos tenerles.
Hay en este sentido una entrevista muy interesante a Gino Mäder, corredor que ha tenido cierto compromiso con temas como el medio ambiente, en la que se encoge de hombros cuando se le pregunta por el sueldo que percibe y su pagador, el estado de Bahrain.
Vengo a decir que sí, que no es estético, que no es edificante de primeras, pero que el tinglado necesita de pasta y ésta ahora mismo está en ese lado del hemisferio y aunque nos hagamos cruces, el que gestiona las estructuras no dudará en cogerlo si en ello le va el futuro.
No olvidemos que en breve veremos un mundial de fútbol sacado del verano por jugarse en Qatar y que todos acabaremos mirando para otro lado en estas cuestiones.
Como en todo, el diablo está en el detalle y no sabemos el 100% del contenido de ese acuerdo, cuánto le supone a las arcas del gestor del equipo y que contraprestaciones tendrá, por ejemplo, en el maillot.
Por eso practicar la autopsia antes de cualquier saber el precio de todo esto, me parece precipitado.
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