Ciclismo antiguo
Un catalán que nació en Olite: Mariano Cañardo
Mariano Cañardo tiene uno de los registros más imbatibles del ciclismo
Decir Mariano Cañardo entre la gente de la Volta a Catalunya es ponerlos en pie.
Aunque muchos lo ignoren aún hoy, el récord numéricamente hablando más jugoso de la historia del ciclismo español, lo atesora este corredor nacido en la preciosa Olite pero amamantado y perpetuado por el ciclismo catalán, pues ciento y pico años después, nadie iguala este ciclista de la prehistoria: siete triunfos le contemplan en la decana, en la Volta, un mito que nadie osa derribar, ni hoy, ni cuando el ciclismo se escribía con mayúsculas.
Las siete de Mariano por las tres de Miguel Indurain y Alejandro Valverde.
Cañardo suma más que sus dos inmediatos perseguidores juntos.
El 5 de febrero de 1905 venía a la vida Mariano Cañardo Lacasta, el primer campeón, el ciclista pionero en muchas cosas, entre otras, ser el primero que vivió al 110% de la bicicelta.
De Olite, surgió un ciclista independiente, que en 1926 ya estaba entre los que entonces se podrían considerar profesionales, una suerte de deportistas semi especializados que se sacaban tres duros y unas alpargatas por correr sobre una bicicleta.
A los dos años de estar en el nuevo nivel, construyó las bases de su leyenda.
Ganó su primera Volta a Catalunya con los colores del Elvis-Wolber.
Luego repitió éxito con el Fútbol Club Barcelona y lo aunó a la otra grande del momento, la Vuelta al País Vasco.
Siguió como independiente y engordó el palmarés: Vuelta a Levante, campeón de España, Circuito de Getxo,…
Dos veces incluso fue séptimo en los Campeonatos del Mundo sin obviar su paso por el podio, segundo, de la primera Vuelta a España de la historia. Estamos en 1935.
Con los años amasa fortuna estadística. Se hace con una etapa en el Tour de Francia de 1936, en la termal villa de Aix-Les –Thermes, y completa con la Vuelta a Marruecos, Clásica de los Puertos, el Circuito del Norte,… sin embargo su palmarés se hizo grande por la Volta.
Escasos meses después de finalizar la Guerra Civil lograba su séptimo entorchado en la primera carrera por etapas del país.
Cuando en 1943 dejó la bicicleta, “su” Catalunya le dedicó el Trofeo Mariano Cañardo, una prueba que con los años acabaría siendo el germen, junto a otras, de aquella magnífica competición llamada Setmana Catalana, ausente de nuestros calendarios desde hace ocho años.
Cañardo sería incluso presidente de la Federació Catalana de Ciclisme.
Él fue uno de los artífices de que el Campeonato del Mundo de ciclismo de 1973 se celebrara en Barcelona.
Nos dejaría mientras Barcelona lloraba el atentando de Hipercor.
Pero volviendo a su afinidad con la Volta valgan dos datos: la corrió ininterrumpidamente entre 1926 y 1942 y sólo Miguel Indurain y Alejandro Valverde, ambos con tres triunfos, se le acercan en el historial.
Ciclismo antiguo
Indurain: Amor por los Pirineos
Podemos decir que lo mejor de Indurain empezó y acabó en los Pirineos
Ya lo sabéis, Miguel Indurain es un navarro de Villaba, un pueblo cercano a Pamplona, situado en el Camino de Santiago, con los Pirineos a unos 40 kilómetros, por lo que no es raro que desde pequeño pudiera disfrutar de esos paisajes montañosos.
A solo un paso de su casa, tenía lugares como Roncesvalles y otras zonas para entrenar.
Cuando Miguel empezaba a formarse como ciclista, recorría rutas como Larrau, Ochagavía y Valcarlos.
Y esos Pirineos tan cercanos fueron clave para su desarrollo y también lo trataron muy bien. Desde sus primeras victorias en carreras como Cauterets y Luz Ardiden, quedó claro que iba en serio y que su objetivo era el Tour.
Ya en 1991, Miguel tuvo su primer gran golpe en el Tour, aunque las cosas no estaban siendo fáciles para los ciclistas españoles en general, ni para su equipo Banesto en particular, en especial por la etapa de Jaca.
Pero la gran jugada vino al día siguiente, en la etapa de Jaca a Val Louron, cuando Miguel aprovechó una jornada épica en los Pirineos para dejar huella.
En el Tourmalet, a mitad de etapa, se fue para adelante con el italiano Claudio Chiapucci, y al final, subió al podio con el maillot amarillo por primera vez.
Los Pirineos siempre fueron su terreno.
En Cauterets logró su primer triunfo en el Tour y en Luz Ardiden se perfiló como el ciclista imparable que llegó a ser, incluso dejando atrás a figuras como Greg Lemond.
Ya antes, en el Tour del Porvenir, se mostró como un gran talento en las montañas, que siempre fueron su zona de gloria y sufrimiento.
Y aunque en 1996 sufrió un golpe durísimo en Hautacam, cuando se despidió de su sexto Tour, Miguel siempre encontró más alegrías que decepciones en los Pirineos.
Esos mismos Pirineos que le dieron tanto y lo vieron brillar, también fueron testigos de sus inicios, pero su historia sigue siendo una de las más grandes del ciclismo.
Ciclismo antiguo
100 años de Bernardo Ruiz
Bernardo Ruiz fue el primer español en pisar el podio del Tour
Cuando Bernardo Ruiz nació, ayer hace 100 años, España en pleno periodo de la dictadura conducida por Miguel Primo de Rivera en conexión directa con el el rey Alfonso XIII, el último monarca antes de la irrupción de la segunda república.
En Orihuela, Bernardo Ruiz daba sus primeros pasos, los de un un pionero que abrió el camino para el ciclismo español en competiciones internacionales, primer podio en el Tour, en un contexto muy diferente al actual, puesto que en su época el ciclismo en España estaba en la prehistoria.
Desde joven, Ruiz demostró su talento.
Empezó a ganar competiciones importantes como la Vuelta a España en 1948 y la Volta a Catalunya en 1945, con 20 años. También ganó varias veces el Campeonato de España y la Vuelta a Valencia.
Pero lo más destacado de su carrera fue su participación en el Tour de Francia, el gran escaparate y restablecido tras el parón por la Segunda Guerra Mundial.
En 1951, Bernardo destacó en el Tour al ganar dos etapas y quedar en noveno lugar en la clasificación general, lo cual fue un gran logro para un ciclista español en esa época.
Al año siguiente, en 1952, logró el tercer puesto en la clasificación general del Tour, convirtiéndose en el primer español en subir al podio, fue el primero de una lista larga y fecunda en nombres que vienen hasta hace bien poco.
Este logro fue muy importante para el ciclismo español, que en ese entonces no tenía mucho reconocimiento internacional.
Además, Bernardo siempre destacó la figura de Fausto Coppi, el ciclista italiano que para él fue el mejor de todos, por su talento y versatilidad tanto en carretera como en pista.
Después de catorce años de carrera, Bernardo Ruiz decidió retirarse en 1958.
Su legado en el ciclismo español es enorme, pues fue el primero en lograr un podio en el Tour y abrió las puertas para que otros ciclistas españoles pudieran destacar en el ámbito internacional.
Por todo, Bernardo Ruiz fue un ciclista clave en la historia del ciclismo español, especialmente por su papel en el Tour de Francia, y su legado sigue muy vigente desde la expo que se le ha dedicado en su Orihuela natal.
Imagen: Córdoba Hoy
Ciclismo antiguo
DEP Emile Idée, el ganador de etapa del Tour de más edad
Fallecido a los 104 años, Emile Idée se hizo ciclista en plena Segunda Guerra Mundial
No hace mucho Federico Martín Bahamontes nos dejaba a los 95 años para dejar de ser el ganador de Tour vivo más viejo.
Estos días leemos que se ha ido Emile Idée, un exciclista francés de 104 años que con su etapa en el Tour de Francia a finales de la década de los 40, suponía el vínculo vivo más longevo con aquellos años de postguerra.
Como decimos, Emile Idée era el ciclista más veterano en ganar una etapa del Tour de Francia, y nos dejó a los 104 años en su casa, cerca de París.
Fue una figura destacada del ciclismo francés en los años 40, a pesar de que su carrera se vio interrumpida por la Segunda Guerra Mundial.
Idée se convirtió en profesional en 1942 -en plena Segunda Guerra Mundial y los nazis ocupando Francia- y destacó como especialista en contrarreloj.
Ganó varios Campeonatos Nacionales y el desaparecido GP Nations, considerado en su época como el título no oficial de contrarreloj mundial.
Durante su carrera de 12 años, corrió para equipos como Alcyon-Dunlop, La Perle–Hutchinson y Peugeot-Dunlop. Además, compartió pelotón con leyendas francesas como Louison Bobet y corredores internacionales como Fausto Coppi y Briek Schotte.
Incluso quedó segundo en la París-Roubaix de 1948, detrás del belga Rik van Steenbergen.
Uno de sus mayores logros fue ganar cinco veces el Critérium Nacional, una de las carreras por etapas más prestigiosas de Francia. También fue el ciclista más longevo de la primera edición del Tour de Francia tras la guerra, en 1947.
El momento cumbre de su carrera llegó en 1949, cuando ganó la etapa 13 del Tour de Francia en un sprint final en Nimes. En una entrevista, Idée recordó haber intimidado a un rival italiano durante esa escapada, diciéndole: «Si intentas atacar, te doy una buena paliza«.
Aunque no se sabe si el italiano le tomó en serio, Idée demostró ser el más rápido y se llevó su única victoria en el Tour.
Se retiró en 1952 y luego abrió varias tiendas de bicicletas, viviendo el resto de su vida en Melun, cerca de París.
Emile Idée será recordado no solo como un gran ciclista, sino como un testimonio viviente de una era crucial del ciclismo.
Imagen: Journal L´Union
Ciclismo antiguo
DEP Pascal Hervé
Para mí, Pascal Hervé fue uno de los mejores ciclistas que sucumbieron en el derrumbe del equipo Festina
Imagen: Ciclismo a fondo
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