Ciclistas
El Contador de 2013 o el Contador de 2014
En la previa de la Dauphiné, ha hablado Alberto Contador que en la recta final del Giro ha sido protagonista por algunos rumores sobre su equipo para el año que viene. Aunque esto se verá cómo acaba, nosotros tuvimos siempre muy claro que en el ocaso de este 2016 no dejaría el ciclismo, la atención se centra en sus sensaciones vista a la previa del Tour, ese llamado Criterium del Dauphiné, para la historia siempre la Dauphiné-Libéré, es carrera trufada de montañas que se celebra en uno de los rincones alpinos del hexágono galo.
El líder del Tinkoff ha comentado el recorrido, de lo que espera y sobretodo de cómo prevé estar y se ha ido años atrás, al pasado en concreto, donde no había que ser un genio para ver que el Giro le estaba pesando incluso antes de que el Tour saliese de Utrech. En el ciclismo moderno los retos son bonitos y edificantes, pero querer ganar dos grandes el mismo año se ha comprobado tan complicado que ni siquiera el ciclista que más preparado parece para ello se lo ha vuelto a plantear.
No obstante salvando las distancias respecto al año pasado, y jugando a pitoniso, algo que nos gusta aunque no acertemos mucho, habría que irse un poco antes, a 2013 y 2014, porque el mismo ciclista ofreció rendimientos muy diferentes en un lapso de tiempo realmente pequeño.
En 2013 Contador fue una sombra, un ejemplo de quiero y no puedo. Lo intentó con todas sus fuerzas, buscó las cosquillas incluso bajando y no hubo manera, Froome le ganó por la mano tantas veces como se cruzaron. Al año siguiente, 2014, el madrileño era ese ciclista que rompía cara arriba. Aguantó a Froome desde el principio y fue el ganador moral del Dauphiné, algo que luego en el Tour no se plasmó porque acabó cayéndose.
En 2014, Contador ya estaba “on fire” en la Tirreno y luego sumó otra victoria en País Vasco a su bagaje. En el presente ejercicio, Contador ha vuelto a ganar en País Vasco tras dos podios en Niza y Volta que seguro no le contentaron. Ya veis, años muy diferentes ante circunstancias similares.
¿Qué Contador podemos tener en la Dauphiné?
Si bien no ha roto como hace dos años, está claro que la temporada presente le da a Contador el plus de confianza que no tenía por ejemplo hace tres años. Creo que, aunque lo niegue, estará disputando la precuela del Tour, la Dauphiné, porque lo lleva en el ADN y porque sabe que lo que pase en esta carrera es un anticipo muy nítido de lo que puede pasar en julio en Francia. Contador no se destaca como en 2014, pero puede estar cerca de conseguirlo, si algo nos ha demostrado es que no escatimará. La semana próxima promete.
Imagen tomada de FB de Tinkoff
Ciclistas
Carlos Rodríguez es bueno pero no lo tiene nada fácil
Que Carlos Rodríguez acabe ganando una grande es complicado
Me puedo imaginar, sin haberlo escuchado, sin haberlo visto, a mucha gente haciendo cábalas sobre el futuro de Carlos Rodríguez en el momento que cruzó primero la meta de Morzine, en el pasado Tour.
Es el viejo vicio que siempre viene en estos casos, cuando alguien logra algo así ya queremos auparlo a lo más alto obviando que esto es largo, también difícil, y que estos chavales no corren solos.
En en caso de Carlos Rodríguez se suma además que este chaval se hace querer como pocos: educado, correcto, culto, capaz, asequible y excelente ciclista.
¿Cómo no quererlo?
Puse la foto de este post de Carlos en la salida del Tour desde Bilbao, junto a Tom Pidcock, para ilustrar de una forma rápida lo que tiene a su favor y rodea al ciclista andaluz.
Durante el Tour de Francia, transcurrieron unas etapas en las que el inglés y Carlos Rodríguez iban a la par en la general, hasta que el irregular Tom se descolgó.
En esos días, muchos ya daban por seguro que Carlos iba a ser el líder de Ineos, pero llamé la atención a cómo funciona este equipo, y es que el mejor de los dos sería el líder y si, por un casual, Pidcock se ponía por delante en la general, las ayudas del equipo iban a ser para él.
Y no por el hecho de ser inglés y deberse a un equipo inglés iba a pasar por delante de su compañero español.
En el momento que Carlos fue mejor, el equipo se centró, en lo que pudo en él, y no hubo discusión.
Hablo de este aspecto, para ilustrar que en la trayectoria de un ciclista a estos niveles hay tantas cosas, que al final, la más inesperada puede decantar la balanza.
Eso pudo suceder aquí, pero no.
En todo caso, decir que Carlos Rodríguez va a ganar esto o aquello es tan arriesgado como pensar que no lo va a lograr.
De hecho es más fácil que no lo consiga.
Yo creo, de inicio, que lo tiene muy difícil y que quizá le convenga, si quiere ganar una grande, elegir muy bien las carreras y quién va a estar en cada una, pero como no debe tener prisa, es muy joven aún, si sigue fogueándose con los mejores, perfecto.
La realidad de Carlos Rodríguez no debería mezclarse con la edad, cada uno explotará cuando le toque y en el momento que el cuerpo le dé de sí.
A diferencia de Juan Ayuso, Carlos Rodriguez se ha reivindicado algo más mayor y esto sigue siendo una carrera de fondo, por mucho que algunos estén siempre mirando el DNI.
Tiene talento, es inteligente, sabe hacer grupo y muy importante, siempre está, siempre es una opción y eso es una garantía de que. a la larga, el éxito acabe llegando.
Entre tanto tenemos ciclista muy bueno, y no sólo para el Tour,
Imagen:A.S.O./Aurélien Vialatte
Remco Evenepoel
Top23 Remco Evenepoel, always welcome
Con el fiasco del Giro, el año quedó desordenadamente perfecto para Evenepoel
Remco Evenepoel, 23 años y 50 victorias en el ciclismo profesional, una estadística casi redonda que retrata a un fenómeno sobre ruedas, del ciclismo, en su faceta de anotador y klller en la carretera, pero que no proyecta la enorme presencia física y espiritual que el corredor despliega sobre este deporte.
Pogacar y Remco, destacados
Le seguirían Roglic, Kuss y Geraint
VdP y WVA son terribles en carretera pero sin esa chispa fuera de ella— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) November 23, 2023
En un ranking de carisma, de presencia, de enormidad ciclista dentro y fuera de la carretera, creo que la lista tendría a Evenepoel siempre muy arriba.
Un peso específico que se gana en competición, pero también fuera de ella, con un carácter que abruma y destacada sobre un pelotón que en ocasiones se deja llevar mucho por lo que llamaríamos «el molde».
Remco Evenepoel sabe perfectamente que el carisma viene de serie, él lo tuvo siempre, pero que si lo mezclas con la grandeza de los números, entonces ya tienes la cuadratura del círculo.
Dijo una vez Lefevere que el trabajo que hace su pupilo belga es tan bestia, tan minucioso, que a veces hasta le da pena.
Lo dijo él, Patrick, espero que no ebrio, sobre uno de sus muchachos, él, que casi siempre es el más crítico de la clase.
Puedo imaginar el camino que Remco Evenepoel recorrió para preparar el Giro de Italia, fue tan brutal que el año que viene posiblemente no lo repita.
Por eso, cuando abandonó la carrera, la versión oficial hablar de Covid, las otras simplemente divagan, me imagino la decepción.
Evenepoel centró su año en la grande italiana y con ella en la cuneta, la temporada quedó huérfana, una temporada que ya traía toda una Lieja-Bastogne-Lieja a las espaldas.
Quizá por eso, vimos al corredor que luego vino, el ciclista que arremetió de salida contra la Vuelta a España en todos los sentidos, en el crítico con la crono inicial y la caída en la meta de Andorra y en el competitivo con tres victorias e infinitas escapadas hasta el mismo día de Madrid, condicionando a los velocistas y sus equipos en el último metro.
El Remco desencadenado es el que queremos, más allá de la solidez de una general de gran vuelta y esas cosas, que yo creo que un día sacará adelante, un ciclista indescifrable, sorprendente que sólo debes querer ver correr, por mucho que a veces no sea capaz de contener, admitámoslo, el niñato que lleva dentro.
Ciclistas
Madis Mihkels no conoce las sensibilidades del aficionado
El vídeo de Madis Mihkels entrenando bajo la nevada no mola entre los fans
Claro que un ciclista puede colgar lo que le venga en gana, y si Madis Mihkels comparte su entrenamiento bajo y sobre la nieve recién caída, es lo que hay.
Madis Mihkels training in Estonia 🥶 pic.twitter.com/9HhFkelC14
— Intermarché-Circus-Wanty (@IntermarcheCW) November 21, 2023
El problema es el contexto en el que llegan estas imágenes tras otro año en el que los ciclistas se han plantado en ciertas situaciones de frío y mal tiempo.
Con lo sucedido en O Gran Camiño o en una de las etapas del Giro de Italia, sin olvidar la primera jornada de Barcelona, un clásico en estos terrenos, sorprende ver a Madis Mihkels entrenando en unas condiciones que no desearíamos a nuestro peor enemigo.
El tema del clima adverso y el ciclismo es una cuestión muy mal resuelta y lo peor es que no sé a quién mirar o culpar.
Recuerdo la charleta que tuvimos con Sergio Román Martín y Pello Ruiz Cabestany después de lo sucedido en O Gran Camiño dónde poner los límites para parar o suspender una carrera por mal tiempo.
Una conversación que tuvo el punto de vista del aficionado, pero también de las calamidades que Sergio admitió pasó en aquella famosa etapa.
Nosotros no queremos que el ciclista se exponga a salvajadas como las del Gavia del Giro 88, algo similar, por cierto a lo que se expone Madis Mihkels en su entremiento, pero tampoco nos parece bien que el ciclismo pierda la dureza y riesgo que siempre le han caracterizado, pues en el camino quedarían valores que aún lo hacen atractivo a los espectadores.
Ver a ciclistas como Madis Mihkels o algunos que entrenan por Andorra en unas condiciones extremas y lo suben a las redes y luego presenciar plantes, amenazas y reuniones en algunas competiciones cuando el tiempo se complica es incoherente y no habla bien del colectivo.
Y eso es una realidad tan tangible como la nula necesidad del ciclista del Wanty a exponerse a esas condiciones.
Ciclistas
Top23 Nada se le resiste a Sepp Kuss
Para Sepp Kuss el año que acaba es difícil de mejorar
Hace un año y poco, Sepp Kuss se pasó por nuestro podcast de la mejor forma que le conoce, con sonrisa eterna, simpatía sincera y proximidad en su forma.
&
Una intervención en la que se preguntaba por qué no optar un día a la general de una gran vuelta.
Un anhelo respondido ante nuestras preguntas, en el que tiró de coherencia diciendo que a él, eso de estar perfecto todos y cada uno de los días de tres semanas de carrera era muy complicado.
Pero lo ha logrado, de la forma más inesperada posible, dejando por sentado que si uno es bueno para los demás, también puede serlo para sí mismo.
Qué diferente le resulta la vida ahora mismo al de Durango, si se compara con el de hace un año.
Qué cambio tan radical, hoy se ve con una vuelta de tres semanas y de golpe en el escalón dos del mejor equipo del mundo, con Roglic fuera, lo que implica que en el futuro inmediato le va a tocar luchar de nuevo por una carrera de las grandes.
Pero mientras esperamos sobre la suerte de Kuss en lo que ha de venir, saboreamos su Vuelta a España como el ejemplo vivo de que en el ciclismo la justicia, a veces, es justa.
Con Roglic y Vingegaard en la terna de favoritos, Kuss se beneficio, sin duda, del equipazo que Jumbo llevó a la Vuelta, pero al mismo tiempo supo estar al nivel que exige competir en un equipo tan potente, un equipo histórico.
Porque el americano tomó el liderato en una de esas escapadas que se medio permiten y luego te arrepientes, pero a continuación desplegó todo lo necesario para llegar de rojo hasta el final.
Poderío físico, pero también mental, pues se jugó los cuartos contra los dos mismos líderes para los que había trabajado en Giro y Tour anteriormente.
Quien crea que por el hecho de pertenecer a Jumbo a Kuss le cayó la Vuelta llovida del cielo, se equivoca.
El americano ha demostrado que ha sabido dar el paso, ha sido regular y sólido, y en ciertos momentos incluso superior a sus compañeros de podio, en teoría los líderes y todo tras completar las otras dos grandes, en las que había sido decisivo, sin menospreciar una buena plaza en la general.
2023 ha sido el año que esperaba para ver si era capaz, ahora a ver de qué es le depara el que viene…
Imagen: UNIPUBLIC / SPRINT CYCLING AGENCY
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